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Kim Hae-Yong nació en Seúl, Corea del Sur, en una familia donde se inculcaba un profundo respeto por el orden y la justicia. Mostró una determinación innata para hacer del mundo un lugar más seguro y justo. Inspirada por su deseo de contribuir a la sociedad, decidió seguir una carrera en la policía.
A los tres años, dejó atrás su vida en Seúl y se mudó a Los Santos con su familia. La transición no fue fácil, enfrentó desafíos culturales, pero su dedicación y habilidades académicas destacadas le permitieron sobresalir. Durante sus años universitarios, Hae-Yong trabajó en empleos a tiempo parcial y participó en programas de voluntariado comunitario, donde desarrolló habilidades interpersonales y un entendimiento profundo de los problemas sociales en la ciudad.
Después de graduarse con excelentes calificaciones, Hae-Yong se postuló y fue aceptada en la LSPD. Los rigurosos meses de entrenamiento físico, táctico y legal desafiaron su resistencia, pero cada obstáculo fortaleció su determinación de servir con honor y profesionalismo.
Como oficial novata en las calles de Los Santos, Hae-Yong enfrentó una variedad de situaciones, desde patrullajes rutinarios hasta respuestas a emergencias graves. Su capacidad para comunicarse en inglés y coreano le permitió construir puentes entre la comunidad asiática y el departamento de policía, mejorando la cooperación y la confianza.
A los veinticinco años, Kim Hae-Yong había cumplido su sueño de convertirse en oficial de policía de la LSPD. Aunque cada día presentaba nuevos desafíos y peligros, encontró una profunda satisfacción en servir y proteger a los habitantes de Los Santos, especialmente a aquellos que eran vulnerables o marginados. Su historia no solo inspiró a otros jóvenes de origen asiático a seguir carreras en la aplicación de la ley, sino que también fortaleció los lazos entre diversas comunidades y en la LSPD, promoviendo una ciudad más segura y unida.
En cada turno de patrulla, Kim Hae-Yong recordaba las palabras de su abuelo: "El verdadero valor de un policía radica en su dedicación a la justicia y su compasión por los necesitados".
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