Lana Clark



  • Lana nació el 17 de diciembre del 2000 en el pequeño pueblo de
    Greenburgh, a las afueras del estado de Nueva York. Sus padres
    eran muy jóvenes cuando se enteraron de que iban a tener un hijo, lo que hizo que su padre, Michael, abandonara a su madre a los 3 meses de embarazo. Después de muchos años, su madre,
    Adrienne, le había confesado a Lana, lo muy cerca que estuvo de
    no tenerla debido a la reacción de Michael.

    Al cumplir los dos años, el padre de Lana, volvió a casa. Lo cual fue un proceso bastante doloroso para su madre. Tomó mucho
    esfuerzo de parte de Michael volver a recuperar la confianza de
    Adrienne, pero lo logró.

    Todo estuvo bien durante alrededor de 5 años, cuando Adrienne
    volvió a quedar embarazada. Michael comenzó a tener problemas con la bebida, y a pesar de Lana ser todavía muy pequeña para comprender todo lo que pasaba, le preocupaba mucho las peleas cada vez más acaloradas que tenían sus padres.

    Su hermano menor, Leo nació el 9 de abril del 2007 y a pesar de
    todo fue uno de los días más felices en la vida de Lana.
    Un día, recuerda Lana despertarse por el llanto de su madre, la cual con ojos borrosos pudo ver que se encontraba hablando por
    teléfono. Aquel día, Michael, a pesar del descontento que había
    mostrado Adrienne reiteradas veces, había salido de copas con sus amigos. El 3 de septiembre del 2007, Michael tuvo un accidente automovilístico, y falleció, abandonando nuevamente a su esposa, a su hija de 6 años y a su, recién nacido, hijo.

    Lana no se crio en el ambiente más adecuado para un niño, su
    madre se esforzaba día tras día para mantenerla a su hermano
    menor y a ella a flote, lo que significaba que la mayoría del tiempo no se encontraba en casa, teniendo Lana que responsabilizarse desde muy temprana edad por su hermano.
    Lana era una niña de muy buen corazón, a pesar de todo por lo que había pasado, era amable y atenta. Lo más importante para Lana en el mundo era su familia, y se prometió desde muy pequeña, cuidar de ellos. El mayor miedo de Lana es perder a su familia, haría lo que sea por su madre y por su hermano pequeño. Sobre todo quiere proteger a toda costa a su hermano, que es lo más preciado que tiene.

    Su hermano y Lana desde muy pequeños han tenido una relación muy estrecha, Leo era un niño muy cariñoso y sensible que necesitaba mucho afecto a todo momento. Uno de los recuerdos más bonitos que tiene junto a su hermano Leo, eran las mañanas de verano en las que se levantaban temprano para hacer tortitas juntos, se ponían música a todo volumen y era como si todos sus problemas desaparecieran, aunque fuese por solo un momento.

    El sueño de Lana siempre había sido ser doctora, algo sobre poder salvar vidas le fascinaba, pero por varios motivos fue un sueño que cada vez se veía mas imposible de cumplir. Uno de los motivos es que su familia no se podía permitir pagar los altísimos precios de las universidades. Cuando tenía 10 años consiguió apuntarse a unas clases gratis de piano, y era algo que disfrutaba muchísimo hacer.

    Lamentablemente con el pasar de los años, se vio obligada a
    abandonar sus clases y dedicar más tiempo en ayudar a su madre. La adolescencia de Lana tampoco fue una etapa fácil para ella. A los 15 años empezó a faltar a clases y reprobar asignaturas, ya se había resignado con la idea de pasar toda su vida trabajando de camarera, y no veía la razón por la cual seguir esforzándose por sacar buenas notas.

    Lana empezó a juntarse con gente que no debía y a esa corta edad probó por primera vez la MDMA, conocido también como éxtasis o Molly, y la consumía regularmente. No era exactamente una adicción, pero era una manera de dejarse llevar y sobrellevar todo lo que sentía. Era una chica bastante tímida y sentía que esa era la única manera en la que se podía desinhibir socialmente.

    A los 16 años conoció a Robert, un chico algo mayor que ella, de
    unos 22 años, el que más adelante se convertiría en su primera
    relación seria. Robert no era el mejor chico con el que se podía
    estar, lo conoció en una fiesta en la cual estaban los dos bastante
    drogados, pero sinceramente tampoco era mala persona. Tenía
    problemas con las drogas, eso era cierto, pero quería ayudar a
    Lana en todo lo que podía.

    La familia de Lana empezó a tener serios problemas económicos, y con el trabajo de Adrienne y de Lana no alcanzaba para pagar los gastos de la casa. Adrienne se encontraba en una situación muy difícil, y no sabía que más podía hacer. Lana que siempre se había prometido cuidar de su familia, había hablado con un par de amigos y con Robert para conseguir un trabajo en el que pudiera generar mayores ingresos.

    A los 17 años, Lana empezó a vender drogas, al principio solo
    vendía pequeñas cantidades, pero poco a poco le fue agarrando
    gusto a la adrenalina que sentía al hacerlo. Su madre no era tonta y empezó a hacerle preguntas acerca de la procedencia del dinero, a lo que Lana bien o le mentía, o evitaba responderle. Adrienne no sabía que hacer al respecto porque a pesar de que sabía que algo estaba mal, necesitaban el dinero.

    Con 18 años, se graduó a duras penas de bachillerato. Había
    conseguido mantener a flote a su familia, y superaron la mala
    situación económica que estaban atravesando.

    Robert, para Lana, era un gran pilar emocional y la ayudaba mucho a sobrellevar su vida, pero el día de su cumpleaños número 19 tuvo una conversación con el que la hizo replantearse toda su vida. Él la quería y quería lo mejor para ella. A pesar de que le dolía muchísimo, tenía que salir de ese ambiente que la rodeaba, quería conocer mundo, quería ayudar a su familia y no podía seguir haciéndolo de esa manera.

    Empezó a ahorrar, aún más de lo que lo hacía y decidió irse de
    Nueva York, quería brindarles a su familia y a ella misma una vida
    mejor...


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