Your browser does not seem to support JavaScript. As a result, your viewing experience will be diminished, and you may not be able to execute some actions.
Please download a browser that supports JavaScript, or enable it if it's disabled (i.e. NoScript).
NOMBRE COMPLETO: Levius_Lockhart
EDAD: 32 Años, nacido un Jueves 16 de Mayo de 1991
LUGAR DE NACIMIENTO: En el hospital de New Bern, Carolina del Norte.
NACIONALIDAD: Estadounidense
SEXO: Hombre
PADRES: Harvey, Teniente U.S. Army | Estricto y Justo Donna, Camarera | Cariñosa y Atenta
APARIENCIA FÍSICA: 1.82 m. 75 kg.Caucásico. Ojos marrón avellana. Cabello corto castaño. Barba recortada y perfilada.
PERSONALIDAD: Honesto, Serio, Transparente, Buena capacidad de autocontrol, Protector, Empático, Algo desconfiado,
INFANCIA:
Levius llegó al mundo un Jueves 16 de Mayo de 1991, en el hospital de New Bern, Carolina del Norte.
Su padre, Harvey, tenía por aquel entonces un permiso militar que le permitía acompañar a su esposa, Donna, durante el comienzo de la vida de Levius. Pese a que este era Teniente y tenía varias responsabilidades a su cargo, no podía evitar pensar que su familia era su mayor responsabilidad, por ello, solicitó su traslado para la oficina de reclutamiento de la ciudad.
Por otro lado, tenemos a Donna. Era camarera en un pequeño local familiar, donde siempre la habían tratado bien y como una más de la familia. No le pusieron ninguna pega cuando por su embarazo comunicó que necesitaría una excedencia, pues, al pasar largas temporadas sin su marido por su trabajo como Teniente, hacerse cargo del pequeño Levius requeriría mucho tiempo. Es más, no es solo que no le pusieran pegas, es que la ayudaron en todo lo posible, siempre preocupándose por el bienestar de ella, de su hijo y que no les faltase de nada.
Tras un par de años y de haberse perdido preciados momentos como los primeros pasos de su hijo, le concedieron a Harvey el tan ansiado traslado. Por fin podría pasar tiempo con su familia, teniendo un trabajo más de oficina, aunque también se encargaría de entrenar a los aspirantes a Cadetes. De esta manera, ambos podían compartir las responsabilidades y cuidar juntos al pequeño y trabajar los dos cerca de casa
Levius creció como un niño feliz y sano en una familia humilde. Su padre, aunque estricto, siempre fue justo con él. Le inculcó muchos de los valores que tiene y representa día a día. Y sí, era un niño inquieto, muy activo y en ocasiones llevaba a su padre de cabeza, aunque su madre intercedía como voz de la razón con el clásico “son cosas de niños”, recordándole así a su marido que seguramente de pequeño también había roto alguna que otra maceta con una pelota sin querer.
Cuando Levius iba a comenzar la secundaria, a sus 11 años, sus padres llevaron a casa a Rufus, un cachorro de pastor alemán. Este era uno de los cachorritos que nacieron en la unidad canina del ejército y, como yá tenían suficientes, le buscaron una familia que pudiese darle la mejor de las vidas. Tras una charla con Donna en la cual ambos llegaron a la conclusión que era un buen momento para inculcar en Levius otras responsabilidades.
Sin apenas darse cuenta, comenzó a tener una rutina. Sacaba al perro por las mañanas antes de las clases, al regresar, jugaban en el jardín, aunque sin romper macetas; pues ya había mejorado su lanzamiento con los años y, tras estudiar un poco, volvía a sacarlo de paseo antes de irse a dormir.
Tras un par de años con la rutina, inauguraron un parque cercano a la casa de Levius en honor al Detective Donald M. Miller, oficial de policía de la ciudad, quien resultó asesinado en 2001, fuera de servicio, al salir del hospital tras visitar a su segundo hijo, recién nacido. Por lo visto, este le llamó la atención a un caballero que estaba zigzagueando en el parking, a altas velocidades de manera muy imprudente y, el sujeto, nervioso, sacó una pistola y le disparó reiteradas veces.
Con la apertura, cambió ligeramente la rutina, de las calles aledañas a su casa por buenos paseos en el parque, interesándose cada vez más en la historia del detective y en el cuerpo de la policía, sin darse cuenta de que, poco a poco, estaba encaminando su vida.
Durante estos años, con la ayuda de su padre, Levius fue entrenando a Rufus, que era un perro muy listo además de activo y cariñoso. Al principio, eran cosas sencillas como cualquier perro doméstico. Sentarse, tumbarse, dar la patita, hablar… Pero poco a poco fueron subiendo ambos el nivel, que si mantenerse pegado al ir caminando sin correa, buscar objetos por casa… Esto último resultó ser muy útil si a Levius se le perdía alguna cosa en el parque, Rufus solía encontrarlo sin problema y se sentaba junto al objeto y ladraba. También le enseñaron a defender y atacar sólamente bajo una orden. Nunca hubo que usarla, pero el muñeco de prácticas podía dar testimonio de que el perro atacaba si se lo ordenaban.
Con 16 años, tras sacarse el carnet, Levius le dijo a su padre que quería formar parte del grupo de seguridad vecinal que había formado años atrás. Harvey se mostró reticente por un momento, pero accedió poniéndole una serie de normas. No podría tener un arma. Siempre debía de ir acompañado de alguien mayor de edad y que nada de bajarse del coche, sólo conducir. Por supuesto, accedió a todas las condiciones sin rechistar y así comenzó a ocuparse de los estudios y del grupo de seguridad vecinal. Además se sacaba un dinerito extra cortando el césped a algunos vecinos y ayudando durante los fines de semana en el mismo local en el que trabajaba Donna, su madre, pues era los días que más trabajo tenían en el local y nunca estaban de más dos manos responsables que quieran ayudar, ya sea lavando o sirviendo platos.
Apartaba ese dinero con mucha ilusión para poder matricularse en el Craven Comunity College, donde ofrecían un par de opciones para estudiar de cara a querer formar parte del cuerpo policial.
El verano en que por fin tenía los 18, en 2009, después de enviar todo el papeleo para poder comenzar a cursar el Basic Law Enforcement Training como primer paso para labrarse su propio futuro ayudando a su comunidad en el cumplimiento de la ley, salió, como de costumbre, con Rufus al parque. Y ese día, se saltó su rutina tras ver a una chica joven con un perro de un vecino de la zona, aunque ella no era quien solía acompañarlo.
Haciendo buen uso de su encanto, se presentó a Ruby Jones, quien le comentó que estaba cuidando al perro de sus vecinos, pues se habían ido de vacaciones. Estuvieron tanto rato charlando, que sin darse cuenta, comenzaba a anochecer y como ella era unos 3 o 4 años menor que él, Levius se ofreció a acompañarla por el camino de regreso a su casa. Pese a ser prácticamente vecinos, apenas se habían cruzado o reparado el uno en el otro.
Los siguientes días, coincidir con ella había comenzado a formar parte de la rutina y, sin apenas darse cuenta, entre ellos había surgido cierto tonteo. El momento en el que Ruby le dijo que al día siguiente regresaban sus vecinos, sin pensarlo mucho, le preguntó si le gustaría ir al cine, plan que ella aceptó de buen agrado.
Tras aquella primera cita en el cine, al llegar a casa, su madre Donna le dijo que tenía una carta del Craven Community College. Lleno de euforia, abrió el sobre, conteniendo un poco esa euforia, pues no quería romperlo. Al sacar la carta, comprobó que le habían otorgado la plaza y no cabía en sí de la alegría.
A finales de ese verano, mientras iba cursando el BLET, Levius se encaminaba a su vocación. Comprender mejor las leyes y el sistema penal o saber cómo actuar en situaciones de emergencia, le hacía sentir también más preparado para sus rondas como guarda vecinal. Aun así, por preparado que estuviese, no podía evitar los nervios al presentarse al examen de certificación exigido por la Comisión de Estándares de Educación y Capacitación de Justicia Penal de Carolina del Norte y la Comisión de Estándares de Capacitación Educativa del Alguacil de Carolina del Norte, requisito para poder finalizar el curso.
Levius continúa su formación tras aprobar el último examen y comienza a encaminarse más en su trayectoria profesional, realizando durante ese año varios trainings. En ellos, tuvo la oportunidad de conocer a varios agentes de policía que estaban refrescando conocimientos. Uno de estos agentes le comentó sobre la posibilidad de apuntarse a la Academia de Policía Ciudadana, donde seguro que podría aprender un montón.
Tras comprobar las fechas, se inscribió para la Academia de Policía Ciudadana, la cual duraba unos dos meses y medio, aunque sólo eran 3 horas los miércoles por la tarde, unas 10 clases.
El primer día, les dieron un recorrido por las instalaciones de New Bern y les explicaron cómo llevan a cabo la selección y el entrenamiento de nuevos oficiales, de lo cual Levius tomó buena nota, también se dio cuenta que no solo había gente joven interesada en formar parte del cuerpo en un futuro, sino también ciudadanos que buscaban comprender mejor las labores policiales.
Entre tanta formación, también tenía tiempo para darse pequeñas escapadas con Ruby, la cual le fue introduciendo también poco a poco en el mundo de la mecánica, pues, ella acababa de recibir su primer coche y lo estaba restaurando desde cero con su padre y le emocionaba contarle el proyecto y fantasear con ser ella por una vez quien le lleve.
Continuaron las semanas de la academia, con las cuales pudo comprender mejor todo lo que realiza el Centro 911, como gestiona y coordina entre las diferentes comisarías, las prioridades según el tipo de llamada, etc; también vieron las tareas de las que se ocupan las patrullas más a fondo, realizando una pequeña ronda con un agente por la ciudad, no se le olvidará el momento en el que le dejaron poner las sirenas, aunque fuese un breve instante en el garaje de la comisaría, para no alertar a los ciudadanos.
Su cuarta semana fue un poco más teórica, pues conocieron un poco más en detalle las leyes de tránsito, especialmente aquellas relacionadas con el consumo y efecto de alcohol y psicotrópicos, así como los procedimientos a seguir en caso de que deban parar a alguien y sospechen que puedan estar bajo el efecto de alguna sustancia.
Ya con la mitad de la academia a las espaldas, comenzaron a ver qué funciones realiza un técnico en escenas del crimen, desde la señalización y recolección de pruebas hasta analizar patrones. Pero las funciones del cuerpo policial no sólo abarcan desde el suceso del delito o crimen, sino también desde antes, es por ello que cuentan con un programa de prevención de pandillas.
Otro punto algo extenso que tocaron fue la investigación criminal, explicando con casos ya cerrados la investigación llevada a cabo desde el inicio y cómo teniendo en cuenta pequeños detalles se puede hacer caer a organizaciones enteras. Los agentes encargados de la academia desarrollaron un perfil criminal y varios escenarios en los que si todos trabajaban en equipo, conseguirían dar con el criminal. Al principio parecía haber individualismos, pero finalmente aunaron fuerzas y lo lograron.
Quizás le resultó interesante a Levius… O quizás fue por el subidón de lograr desenmascarar al ficticio criminal, pero al llegar a casa ese día, había llegado con una decisión tomada. Quería matricularse en el grado de Justicia Penal, y como lo tenía tan claro, al día siguiente se presentó en el Craven Community College para recoger el papeleo de la solicitud de plaza, lo rellenó y lo entregó.
Vaya sorpresa se llevó cuando un día al salir de la academia se encontró con Ruby subida en su Camaro recién restaurado y, tras recogerle, se lo llevó hasta Cypress Lake, a las afueras de la ciudad. Allí, alejados de todo el mundo, parecía que el tiempo se detenía y solo estaban ellos. Ninguno parecía querer atreverse a dar un paso más allá por esos años de diferencia que en verdad no eran nada, aunque a esas edades se sienten como un abismo. Quizás fue la magia del sitio junto con la luz de la luna lo que hizo que él, sin planteárselo mucho, la besara. Y ella a él.
Se acercaba la recta final de la academia, en la que pudieron desarrollar los peligros que persiguen a los jóvenes día a día, como las drogas y narcóticos o incluso la violencia doméstica. Por eso es importante conocer bien los derechos de los menores y que para ayudarles lo mejor posible están los Oficiales de Recursos Escolares. Esto último le llamó más la atención, pues siempre quiso ayudar a la comunidad, especialmente a esos compañeros que no habían seguido los mejores pasos.
Todavía tuvo que esperar un par de meses hasta recibir una carta en la que le informaban de que a partir de septiembre podría comenzar su grado en Justicia Penal.
El primer curso resultó tener una teórica más densa de lo esperado, por lo que Levius optó por rebajar un poco sus responsabilidades dejando de cortar el césped a los vecinos y acudiendo de un modo más esporádico al restaurante. Lo que sabía que no quería dejar de lado, era a Ruby, más aún sabiendo que si todo iba como ella planeaba, el siguiente curso se iría a la universidad.
Tras todo este tiempo, ambos coincidían en que la distancia no iba a poder con ellos, por lo que deciden consolidar su relación involucrando a ambas familias. Sí, Harvey y Donna habían visto alguna vez a Ruby, al igual que los padres de ella a Levius, pero no lo consideraban algo más que un amor de juventud.
Los chicos hicieron una reserva en un sitio bonito y cada uno llegó con sus respectivos padres. Daniel y Sarah adoraron a Levius, les parecía un muchacho ejemplar. Los padres de él estaban en parte sorprendidos por la habilidad de Ruby con la mecánica y con su encantadora forma de ser.
Tristemente, ella se marcha a Flint, Michigan, para cursar su grado en ingeniería automotriz y él se queda en New Bern continuando con los 2 años restantes de su grado. Pero eso no supuso un impedimento para ellos, pues, cada vez que tenían unos días, uno de ellos recorría los casi 1500 kilómetros que les separaban.
Al final, esos dos años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, pues ambos estaban centrados en sus estudios. Todavía faltaban 2 años más para que Ruby regresara y ya en su último curso Levius había estado revisando qué opciones tenía. Y optó por matricularse en la diplomatura de Tecnología de Justicia Penal, donde si todo iba bien, terminaría a la vez que Ruby y podrían por fin disfrutar de una relación plena durante algo más que unos días de vacaciones.
Con todos los conocimientos previos que ha ido obteniendo a lo largo de su vida y con sus buenos hábitos de estudio no le resultó especialmente difícil completar la diplomatura, a excepción del principio del último semestre, ya que su fiel compañero Rufus falleció por edad.
Pese a la pérdida de su perro, se recompuso, pues su orgullo no le permitía fracasar en la recta final. Así, haciendo de tripas, corazón, terminó su diplomatura. Poco a poco el dolor de la pérdida fue sanando con la promesa de un futuro esperanzador.
Ruby regresa a New Bern convertida en una maravillosa ingeniera y por fin la feliz pareja tiene la oportunidad de vivir plenamente su amor. Ella comienza a trabajar en un taller de la zona, además de ayudar a su padre en la preparación de algún que otro vehículo de competición, mientras que Levius accede a la academia de policía, donde puede demostrar sus conocimientos y servir a la ciudadanía.
Tras superar con éxito la academia a sus 26, lo celebra con su chica, llevándola a cenar y proponiéndole vivir juntos. Así, pasan un par de meses buscando donde establecer su nuevo hogar, hasta que dan con una casita que, aunque requería alguna reforma, tenía potencial para ser su nuevo hogar.
Siendo agente de policía, su día a día se había convertido en patrullar por las calles de New Bern y velar por la seguridad de los ciudadanos. Hubo una ocasión en la que hubo un llamado a la central por parte de un párroco de que había visto a un grupo de jóvenes entrar en plena noche a la escuela de primaria, algo extraño pues al final no era más que un colegio sin grandes cosas de valor, allí se dirigió en binomio junto a otra unidad para ver que sucedía en el lugar.
El párroco de la iglesia, que estaba enfrente del colegio, dijo que escuchó al grupo de risas por la calle y les vio romper la ventana de la puerta principal y entrar al interior. Procedieron pues a acceder al interior con el Taser desenfundado e iluminando con sus linternas, cual fue su sorpresa al ver al grupo de jóvenes en el patio, haciendo un Graffiti en el patio en “honor” a uno de los profesores. El grupo, que rondaba los trece años de edad, simplemente quería burlarse del mismo. Estos acabaron siendo llevados a sus casas, con un buen tirón de orejas y una larga reprimenda por el camino, para luego ser castigados pintando todo el colegio
Al llegar la navidad de ese año, 2017, la pareja aprovecha para realizar un bonito viaje por carretera hasta Nueva York. Si de por sí resulta una ciudad espectacular, verla nevada solo mejora la experiencia. Levius estaba convencido de que sería el lugar ideal, así que tras ir a patinar a Times Square, junto al gran árbol navideño, hincó la rodilla y le pidió matrimonio a Ruby, que se quedó en shock por un par de segundos hasta que pudo reaccionar dando saltitos y gritando que si. No cabía duda de que a la pareja le iba bien, viviendo juntos, recién prometidos y con ambas familias encantadas por la feliz noticia a su regreso del viaje.
Durante el siguiente año, él es ascendido y este tiene la posibilidad de comenzar a ir a las escuelas, comenzando así a instruir a los niños sobre seguridad vial y la importancia de esta en el día a día. Tras varias visitas a diferentes centros de educación en New Bern, comienzan a llegar a comisaría pequeños comunicados o agradecimientos de los centros, pues, parecía que a los niños les había calado el mensaje. Debido a eso, el capitán le plantea la posibilidad de encargarse también de las charlas sobre drogas y narcóticos, lo cual aceptó encantado.
Mientras cada uno desarrollaba su carrera profesional y, por supuesto, invertían tiempo de calidad en la pareja, cada vez se aproximaba más la fecha de la boda. Las familias no estaban muy de acuerdo en que se casaran un martes, pero ellos no querían otra fecha, debía ser el 20 de marzo, puesto que es el día internacional de la felicidad y el equinoccio de primavera.
Esta tuvo lugar un martes 20 de marzo del 2018, adoptando Ruby el apellido de Levius, pasando a ser la Señora Lockhart.
Aunque a él no le iba nada mal en la policía, Ruby se sentía algo estancada y comenzó a cavilar la idea de montar una empresa de mecánica y eventos automovilísticos, aunque terminó medio descartando esa idea, pues, en New Bern, no tendría demasiadas oportunidades de llevarla a cabo.
No fue hasta casi un año más tarde que ella le planteó el proyecto a Levius, quien creyó en ella, en su futuro y le aseguró que estaría ahí para apoyarla en todo lo que necesitase. Incluso le pidió que le enseñe algo más que lo justito y necesario de mecánica para poder involucrarse un poco más.
Mientras valoraban mejor sus posibilidades de mudarse para desarrollar el proyecto de Ruby, iban ahorrando todo lo que podían. Llevarían ahorrando cerca de un año desde que ella le planteó el proyecto, cuando llegó a oídos de ambos la posibilidad de mudarse a Los Santos.
Consultó en la comisaría si sería posible que le trasladasen a Los Santos, donde recibió una negativa por respuesta. Debido a ser todavía un rango tan bajo, debería de mudarse y esperar allí las oposiciones, comenzando de cero.
Así que eso hacen. Se trasladan juntos a Los Santos, donde con los ahorros de ambos, Ruby monta la empresa de mecánica y eventos bajo el nombre de PIT STOP, mientras que espera a las oposiciones de la LSPD, decide ayudarla en la empresa en todo lo que puede.
Insitucion: Craven Comunity College Certificado BLET: Basic Law Enforcement Training Academia de policia CIUDADANA: Academia de Policía Ciudadana Entrenamientos: Practica Law Enforcement Licenciado en Tec. de Justicia Penal Asociado en Ciencias Aplicadas: Justicia Penal Diplomado en Tecnología de Justicia Penal: Tecnología de Justicia Penal