Isabella Collins



  • Había una vez una joven llamada Isabella Collins, nacida y criada en Argentina. Desde temprana edad, Isabella mostró una pasión por ayudar a los demás y soñaba con convertirse en paramédica. Sin embargo, a los 15 años, sus padres tomaron la decisión de mudarse a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para su familia.

    Isabella se encontró en un nuevo país, con una cultura diferente y un idioma desconocido. Aunque repentinamente se sintió abrumada por los cambios, estaba decidida a aprovechar al máximo esta nueva etapa de su vida. Sus padres, conscientes de su sueño, decidirán apoyarla en su camino hacia convertirse en paramédica.

    Para facilitar su movilidad y permitirle explorar su entorno, sus padres le regalaron un auto. Sin embargo, el acceso a esta nueva libertad también trajo consigo la tentación de caer en malas influencias. Isabella comenzó a frecuentar a personas que estaban involucradas en actividades delictivas.

    En un principio, Isabella se sintió atraída por el mundo de la delincuencia. La emoción y la adrenalina que experimentó al participar en actividades ilegales le parecían emocionantes. Sin embargo, en su interior, sabía que ese no era el camino que quería tomar.

    Un día, mientras Isabella se encontraba en medio de una situación peligrosa, presenció un accidente automovilístico. Sin pensarlo dos veces, se acercó para ayudar a las víctimas. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que su verdadera vocación era ayudar a las personas en situaciones de emergencia, pero de una manera legal y ética.


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