Alexander Stone



  • Infancia y juventud

    Alexander Stones nació el 16 de julio de 2002 en Los Santos, una ciudad vibrante y llena de contrastes. Creció en un barrio modesto, donde la vida no siempre era fácil, pero su familia siempre lo apoyó. Su padre, un exmilitar convertido en guardia de seguridad, y su madre, una enfermera dedicada, inculcaron en Alexander valores de disciplina y empatía desde temprana edad.

    Desde pequeño, Alexander mostró un interés innato por la justicia y la protección de los demás. Mientras otros niños soñaban con ser astronautas o futbolistas, Alexander jugaba a ser policía o detective, resolviendo "crímenes" imaginarios en su vecindario. A medida que crecía, este interés se convirtió en una pasión genuina por la ley y el orden.

    En la secundaria, Alexander se destacó no solo por sus buenas calificaciones, sino también por su carácter firme y su sentido de responsabilidad. Participó activamente en programas de voluntariado y se unió a un grupo juvenil de exploradores, donde aprendió habilidades de supervivencia y liderazgo que serían cruciales en su vida adulta.

    Virtudes y defectos

    Sus virtudes las cuales ha sembrado a lo largo de la vida son:
    Disciplina: La influencia de su padre le inculcó una ética de trabajo rigurosa y una autodisciplina que aplicaba tanto en sus estudios como en su vida personal.
    Empatía: Gracias a su madre, Alexander desarrolló una profunda empatía y un fuerte deseo de ayudar a los demás, lo que lo hizo popular entre sus amigos y respetado en su comunidad.
    Valentía: Nunca tuvo miedo de enfrentar desafíos o defender a quienes lo necesitaban, una cualidad que lo impulsó a seguir una carrera en seguridad.

    Y como cualquier persona, no nace siendo perfecta por lo que tiene defectos:

    Perfeccionismo: Su deseo de hacer todo de manera perfecta a veces lo llevaba al agotamiento y al estrés, ya que rara vez se permitía cometer errores.
    Terquedad: Una vez que Alexander se decidía por algo, era difícil hacerle cambiar de opinión, lo que a veces causaba conflictos con quienes no compartían su punto de vista.
    Autocrítica: A pesar de sus logros, Alexander a menudo se juzgaba con dureza, sintiendo que nunca era suficiente.
    #ancla(Futuro)

    Después de graduarse de la secundaria con honores, Alexander decidió seguir los pasos de su padre y comenzó a trabajar en distintas empresas de seguridad. Durante varios años, se desempeñó en roles que iban desde guardia de seguridad hasta jefe de equipo, siempre demostrando una excepcional capacidad para mantener el orden y proteger a los demás.

    Su meta final, sin embargo, siempre fue más alta. Alexander aspiraba a unirse al FIB, una ambición que le había llevado a estudiar criminología y derecho en su tiempo libre, mientras también se entrenaba físicamente para cumplir con los exigentes requisitos de la agencia. Su dedicación y esfuerzo no pasaron desapercibidos, y finalmente, en 2024, recibió la esperada llamada: había sido aceptado en el programa de entrenamiento del FIB.

    Con esta nueva etapa en su vida, Alexander veía su sueño acercarse cada vez más. Sabía que el camino por delante sería difícil y lleno de desafíos, pero estaba preparado para enfrentarlos con la misma determinación y valentía que había mostrado a lo largo de su vida. Su objetivo no era solo proteger a los demás, sino también inspirar a otros con su ejemplo, demostrando que, con trabajo duro y dedicación, cualquier meta es alcanzable.

    Alexander Stones, el niño que jugaba a ser policía en las calles de Los Santos, estaba a punto de convertirse en un agente del FIB, dispuesto a hacer del mundo un lugar más seguro y justo.


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