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Javier Neville, un joven ciudadano estadounidense de 24 años con tez blanca, residía en la conocida Torre Davis, un edificio icónico en el corazón de la ciudad de Nueva York. Pero su vida no siempre había transcurrido en la gran ciudad.
Javier había nacido en un pequeño pueblo de las montañas, donde su padre, Eduardo Neville, trabajaba como leñador y su madre, Maribel Salazar, era dueña de una pequeña tienda de abarrotes. Javier era el mayor de tres hermanos y siempre había sido un niño muy curioso y aventurero.
Durante su adolescencia, la familia de Javier se mudó a la ciudad, donde él se adaptó rápidamente, haciendo amigos y participando en actividades escolares. Pero su amor por la naturaleza nunca desapareció y pasaba gran parte de su tiempo libre explorando los bosques cercanos a la ciudad.
Finalmente, cuando Javier se graduó de la universidad, decidió que quería dedicar su vida a proteger los bosques. Así que se inscribió en un programa de entrenamiento para convertirse en guarda bosques y pasó los siguientes años aprendiendo todo lo que podía sobre la conservación de la naturaleza.
Hoy en día, Javier se ha convertido en un valioso miembro del equipo de guarda bosques de su región, donde trabaja duro para proteger la flora y fauna local.
Eduardo Neville, el padre de Javier, era un hombre alto y fornido, con una barba tupida y cabello oscuro. Había nacido el 1 de mayo de 1955. Por su parte, Maribel Salazar, la madre de Javier, era una mujer de baja estatura y cabello castaño, con unos ojos grandes y hermosos. Había nacido el 14 de agosto de 1960. Claro, con gusto puedo crear una descripción física de un varón. Este varón es alto, mide alrededor de 1.85 metros, y tiene una complexión atlética. Su cabello es corto y de color oscuro, y tiene una barba bien cuidada. Sus ojos son claros y tienen un brillo vivaz, lo que hace que su mirada sea muy llamativa. Además, tiene una nariz recta y bien definida, y unos labios delgados pero bien formados. En general, su rostro es simétrico y atractivo.