Biografía Noah Werkner (Fallecido)


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    NOMBRE COMPLETO: Noah_Werkner

    EDAD: 25 años

    LUGAR DE NACIMIENTO: Múnich, Alemania

    NACIONALIDAD: estadounidense

    SEXO: Hombre

    PADRES:

    • Nicklauss Werkner - 44 años. Alemán. Pelo rubio y corto, con los ojos azules. Era un hombre alto y de complexión fuerte. Se dedicaba a las inversiones en bolsa.

    • Katherin Monroe - 42 años. Estadounidense. Mediana altura, ojos verdes y pelo rubio. Un encanto de mujer. Prestigiosa abogada especializada en la rama mercantil.

    APARIENCIA FÍSICA:

    1'80m de estatura, 78 Kg de peso. Pelo rubio semi largo y ojos verdes. Atributos atléticos por genética.

    PERSONALIDAD:

    Soy un tipo bastante simpático, pero tengo que conocerte. Por lo general soy bastante extrovertido. No me cuesta conocer gente y me adapto muy bien a los diferentes entornos y situaciones. Soy bastante independiente y muy atento, sobre todo con la gente de mi círculo, me nace un instinto protector, el cual me cuesta contener.

    INFANCIA:

    Mi infancia fue de las más bonitas que se le puede dar a un niño. Mis padres estaban locamente enamorados. A mi madre le llegó una oferta de trabajo en Estados Unidos que no podía rechazar. La respuesta de mi padre fue inmediata: ''Mi amor, nos vamos los tres a Virginia''.

    En una semana, mis padres prepararon todo, y pusieron rumbo hacia Estados Unidos.

    Fue muy fácil, pues yo tenía solo 5 añitos, con lo que me resultaría muy fácil aprender un idioma nuevo y adaptarme a las nuevas costumbres.

    Allí fue donde conocía a una persona que, veraneaba con sus abuelos, y al ser nuestros vecinos, jugábamos cada día desde que salía el sol hasta que se ponía. se llamaba Zia. Solamente nos veíamos en verano, ya que ella vivía en Nueva York, pero cada verano, desde inicio a fin, vivíamos aventuras juntos. Fue uno de los pilares de mi infancia, ya que nos tratábamos como hermanos.

    JUVENTUD:

    Al paso de los años, Zía y yo llegamos al punto de convertirnos casi en almas gemelas. Éramos sol y sombra. No había nadie que conociera a Noah o a Zía tanto como se conocían entre ellos. Su vínculo era muy muy fuerte, cada vez más, y nada le ocurría al uno sin que el otro se enterara y moviera cielo y tierra para ayudarse.
    Pero como todo en la vida, son etapas, y cuando ella tuvo la edad suficiente como para decidir donde veranear, jamás volvieron a verse. Siguió el contacto durante un tiempo por teléfono hasta que, por motivos de la vida, la relación culminaría. Siempre la llevaré conmigo.

    Una vez finalizados mis estudios obligatorios, empezó la que sería la mejor etapa de mi vida. Me llegó una carta, aceptando mi expediente para empezar a estudiar en Quántico, y formarme como Agente de Campo y analista.

    Allí fue donde conocí ,de pura casualidad, a una persona la cual quedaría grabada en mi memoria. No era más que una joven que hacía las prácticas de final de licenciatura en el Bufet donde ejercía mi madre. La chica se hacía llamar Soro.

    Soro era un maldito misterio, no quería decirme su nombre, aunque evidentemente, lo descubrí. Ahí quedó la cosa. Coincidía con ella sobre todo en fines de semana, cuando volvía a casa de mis padres para estar con ellos. Casualmente, compartíamos
    muchas cosas, sin saberlo. Y como no fijarse en alguien así? Soro era peculiar: una abogada en prácticas, de carácter frío, amante del buen vino y del mundo de la noche. Mi carácter ayudó a acercarme a ella. de forma cordial. Al compartir
    tantos gustos, era inevitable coincidir con ella en diferentes ámbitos de mi vida.

    Siempre mantuvimos una relación cordial, sin llegar a nada. Nos respetábamos mucho y eso es algo difícil de hallar entre dos personas de edad tan temprana
    Cada uno iba a lo suyo y, si la ocasión se daba, tomábamos algo juntos y charlábamos, sin más.

    Pero fue en una de las múltiples noches de fiesta por Virginia, donde la cosa se complicó. Aquella noche llovía, cosa que no me impidió salir y castigar un poco mi hígado. Coincidí con ella en un local, fue bastante extraño. Aquella noche
    apenas cruzamos palabras, pero con una mirada, nos lo dijimos todo.

    La noche se alargó y, al terminar la fiesta, estaba fumándome un cigarro, apoyado en el capó de mi R32, cuando vi que ella salía del local. Parecía que se fuera a marchar, pero veía como iba lanzando miradas intermitentes hacia mi posición.
    No nos dijimos nada. Le hice un gesto para que se acercara y, sin dar respuesta, vino hacia mi. El whisky dio sus resultados. Se pegó a mi, sin decir nada, clavó su mirada ante la mía, y sucedió.
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    A partir de aquella noche, los encuentros fueron más a menudo durante los 3 años en los que ella hizo las prácticas, sin llegar nunca a nada formal. Salíamos a tomar algo, comíamos, salíamos de fiesta, y ya.

    Cuando ella acabó las prácticas, ella volvió a su tierra natal, dejando atrás ese capítulo de su vida. Yo era demasiado joven para ella, y estaba en una etapa donde solo quería disfrutar. Yo, por otro lado, siempre llevaría conmigo aquellos 3 maravillosos años de mi etapa en Quántico.

    Paralelamente a esto, desde bien joven sentí la necesidad de adquirir un R32 y acudir a concentraciones de vehículos, conocer gente y adentrarme en ese mundo. Pero no todo fue perfecto. La primera noche en la que acudí a una concentración JDM con mi R32 lo hice con un amigo de toda la vida, el cual compartía mi afición. El tenía un Mitsubishi EVO rojo, siempre lo recordaré.
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    Una noche fría y de lluvia de febrero, donde después de la concentración hicimos una ruta. Mi amigo, se vino arriba, y en un gesto por tratar de llamar la atención en una
    curva, el coche se le descontroló y cayó por la ladera de la montaña perdiéndose entre los árboles. Nunca más lo volví a ver.

    Aquel hecho marcaría un antes y un después en mi vida, El impacto por la muerte de mi amigo fue tal, que cada vez que llueve, me bloqueo, no tengo capacidad de comunicación, se me nubla el juicio.

    ACTUALIDAD:

    Ha sido en Quántico donde he aprendido lo que sé. Desde un principio, traté de especializarme no en uno, sino en dos campos para exprimir al máximo mi potencial. En lo primero que me especialicé es en ser analista, hacer perfiles de sospechosos y usarlos contra ellos, facilitando así el trabajo de mis compañeros.

    Por otro lado, siempre he sido amante del cine, y me ha llamado la atención los tipos que tienen la suficiente garra como para enfrentarse a un explosivo, mirarlo, y desactivarlo, teniendo solo en cuenta las vidas que eso podría salvar. Así que cumplí con mi cometido.

    Una vez acabada mi etapa en Quántico, me ofrecieron un puesto como analista y agente de campo en las oficinas de Norfolk, donde desarrollé todas mis aptitudes como agente y exprimí al máximo mi potencial. Culminé con éxito múltiples investigaciones junto a los chicos de las oficinas.
    Hasta que, un día, el sub director Rodríguez, me llamó a su despacho, donde estaba el monitor principal encendido, con una video conferencia con la oficina de Los Santos. Allí se expuso la situación, y se me propuso un traslado hacia la misma. Lo consideré un salto importante en mi carrera, y no dudé en aceptar el traslado, y empezar una nueva vida allí, me vendría bien un cambio de aires.

    Preparé la mudanza, contacté con una empresa de transportes para que se llevaran al pequeñín en barco hacia Los Santos, y tome el segundo vuelo para empezar mi andadura en Los Santos.

    Fue en Los Santos donde me cultivé más tanto en el ámbito laboral como en el personal. Cuando no estaba de guardia, dedicaba gran parte de mi tiempo a emprender nuevos estudios. Empecé a estudiar, por falta de tiempo y disponibilidad, la carrera de ATS a distancia, solamente para seguir cultivándome, no con el fin de trabajar de forma activa de ello. Una meta más cumplida en mi vida.

    Mi paso por el FIB no pasó desapercibido. Hice uso de mis cualidades y de mi preparación para ayudar a la facción con mis conocimientos, tanto como agente de campo como formando parte del equipo de instructores. Pero el traslado no fue como yo esperaba. Anímicamente no me encontraba al 100% y la situación en la Agencia tampoco era la óptima por aquel entonces. Así que, siendo joven y con todo un futuro por delante, decidí darme un pequeño respiro y un cambio de aires.
    contacté con la directiva del FIB y les expliqué mi situación. Ellos la entendieron a la perfección y solo me pusieron facilidades con mi petición: la solicitud de traslado.

    Con mi currículum y sabiendo la ambas Cúpulas mi implicación en mi puesto de trabajo, solo hizo falta que me preparara bien el examen y demostrara de lo que estaba hecho.

    Aprobé, con la nota justa pero así lo hice, y empecé mi andadura, de nuevo como Agente Federal, pero nunca encontré los sentimientos y plenitud que me daba el FIB, así que mi vida era poco más que el día de la marmota. No me gustan las divagaciones, me gusta poder emplearme a fondo con mi puesto de trabajo y dedicar a ello el 100% de mis cualidades. Quizás sea este el momento de dar un giro radical a mi vida y poder encontrar un empleo que me llene y en el cual me pueda sentir realizado.

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    EDUCACIÓN:

    • Estudios superiores en Psicología y análisis.
    • Técnico superior en manejo y desactivación de explosivos de 1er 2º y 3er grado.
    • Formación acabada en el campo de Quántico en Norfolk, Virginia.
    • Grado en ATS por La Universidad de Los Santos

    FORMACIÓN LABORAL

    • Agente Especial Senior del FIB
    • US Deputy Marshal

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