Jefferson Taylor



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    El relato narrado a continuación es totalmente ficticio como las situaciones expuestas en el.

    Jefferson Taylor, el soldado fracasado:

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    Jefferson, que actualmente tiene 29 años, nace en un pequeño pueblo cerca de Montgomery, Alabama, es allí donde pasa una infancia relativamente normal para lo que podría esperarse de una familia rural de clase baja, haciendo gamberradas y pasando el día en el campo mientras era criado y alimentado por sus padres, Benjamin Taylor y Susan McDonald. Benjamin trabajaba como ayudante en el taller del pueblo, gracias a esto Jefferson adquirirá algunos conocimientos de mecánica en un futuro. Respecto a su madre, Susan, se dedicaba a cuidar el hogar y a sus dos hombres diariamente.

    Ya en su adolescencia, Jefferson era un nulo estudiante con problemas de agresividad, dejando varios conflictos y peleas en el instituto, a causa de esto, no tardo demasiado en dejar los estudios e ir a trabajar con su padre al taller. Con sus primeros sueldos, Jefferson comenzó a desarrollar una afición por la bebida y el tabaco bastante considerable, pasando sus días en el pueblo entre aceite de motor, alcohol y las pocas mujeres que se dejaban tocar.

    Sus días en el ejercito:

    A los 18 años, Jefferson se encuentra con un puesto de información sobre el ejercito en la vía principal de su pueblo, es aquí donde el joven decide alistarse a las tropas para luchar por su patria como en su día lo hicieron las tropas confederadas de las que tanto le hablaba su padre, cabe mencionar, que le hogar de Jefferson siempre fue muy conservador, al igual que la gran mayoría de su pueblo.

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    El joven patriota siempre ha considerado a su estancia en el ejercito como sus mejores años en los cuales fue destinado a Iraq y Afganistan, en dichos desplazamientos, fue citado a jurado militar en multitud de veces debido a maltratos, humillaciones y vejaciones a civiles de la zona, a parte de esto, se le asigno una terapia psicológica debido al incremento de la agresividad del joven, la cual ascendía cada año que pasaba provocando grandes ataques de ira y un principio de bipolaridad.

    Expulsión del ejercito:

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    Es a los 24 años, cuando expulsan a Jefferson Taylor del ejercito, ¿el motivo?, se descubren varias fotos del chico humillando a presos Iraquies en diferentes posiciones, no contento con esto, al ser recriminado por superiores, agrede a uno con un puñetazo, siendo esto la gota que colma el vaso para ser expulsado definitivamente de el ejercito de los Estados Unidos con una multa de 10.000 dólares americanos, lo cual deja al joven prácticamente arruinado y obligado a volver a su hogar de nacimiento, junto a su padre ya jubilado Benjamin y el recuerdo de su ahora difunta madre Susan aunque no duraría mucho en casa, ya que los problemas de ira y las constantes discusiones con su anciano padre le llevarían rápido al límite, lo cual haría que Jefferson abandonase su casa para hacerse "nomada" conduciendo el viejo camión de su padre. Y eso hizo, pero no sin antes declararse insolvente a ojos del estado, lo que el futuro deparase sería un misterio, Jefferson decía que iba a vivir la vida del libre americano.

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    Vida como nómada y actualidad:
    Tras 5 años como nómada, vagando por diferentes estados de EEUU y actualmente con 29 años (aunque con aspecto de 40), la vida ha sido bastante dura con Jefferson, que ahora es ampliamente alcohólico, adicto a esnifar pegamento y con una lista de graves problemas mentales, tales como ataques de ira y bipolaridad entre otros. A parte de esto, ha entrado en prisión para condenas cortas durante varias veces, por agredir a homosexuales, conducir borracho, robos y ocupaciones a propiedades.

    Hoy en día Jefferson es un viejo patriota exaltante de su país, cuando no esta en prisión o borracho contando historietas de cuando estaba en el ejercito (muchas de esas historias inventadas o confundidas con las viejas leyendas de los confederados que le contaba su padre), se dedica a recoger chatarra y venderla en diferentes desguaces para poder pagar sus vicios, pero ha llegado el momento de visitar un nuevo estado, San Andreas parece una buena idea... o eso piensa Jeff, cree que unos días de playa no le vendrán nada mal, pone rumbo a Sandy Shores escuchando música bélica.


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