Kara Yurek/Lexi Black



  • Presentación del personaje

    Es una mujer de 25 años, hija de Yildiz Oskan y Osman Yürek. Osman era un hombre de origen acomodado, con negocios en la industria automotriz que servían como fachada para sus transacciones y negocios ilegales, ligados a una importante mafia de la cual era cabecilla. Yildiz, por otro lado, hija de un Capitán de Policía, era una acaudalada abogada que jugaba un importante rol en el funcionamiento de los negocios de Osman. Se conocieron en el colegio, donde se enamoraron e iniciaron su relación con tan solo 15 años. Permanecieron juntos durante 12 años, luego de los cuales contrajeron matrimonio. De su “relación” nació primero Kara, un 21 de Diciembre de 1994 y un año después Emir, en la ciudad de Estambul, en un barrio llamado İçerenköy, en el distrito de Kadıköy.

    Descripción de su infancia

    Kara era muy enérgica, ágil e inteligente, por lo que Osman la entrenó desde muy pequeña, en lo que él consideraba eran habilidades necesarias para su futuro como cabecilla en su organización, creciendo así en el mundo de la violencia y las armas, que a sus cortos 11 años ya manejaba con facilidad. Con 12 años era capaz de enfrentarse a un hombre adulto en una pelea, y ganar muy posiblemente. Emir por otro lado, era un niño inteligente pero rebelde y desobediente con su padre, con quien siempre tuvo una relación tormentosa. El rechazo que sentía Emir por parte de su padre, le generó un rencor que fue creciendo con el tiempo. La razón de este rechazo era porque Osman sospechaba que Emir no era su hijo, lo que no sabía era que Emir había sido el fruto del romance de Yildiz con su mejor amigo y socio Ilhan Yilmaz, con quien tenía negocios en la venta y compra de autos y relacionados al narcotráfico, armas y lavado de dinero.

    Tragedia en la familia

    Durante muchos años Yildiz ocultó como pudo el secreto hasta que Osman decidió comprobar su paternidad, corroborando así sus sospechas cuando Emir tenía 10 años. Al enterarse de esto, Yildiz ideó un plan para sacar a sus hijos del país. Mientras intentaba escapar, fueron descubiertos por Osman. Yildiz murió ante los ojos de sus jóvenes hijos, de un disparo en el vientre, mientras forcejeaba con Osman y sus hombres. Fue un confuso incidente, pero Kara siempre sospechó que fue Osman quien asesinó a su madre. Osman no se enteró hasta muchos años después quien era el verdadero padre de Emir. Ocho años después, con 18 años, Emir escapó de la casa de su padre y Kara no lo volvió a ver. Bajo la tutela de Osman, se convirtió en una mujer fría, dura y manipuladora, pero en el fondo guardaba un gran dolor.

    El escape

    A sus 20 años conoció a Murat. Era estudiante de medicina. Una buena persona, amable y sencilla. Kara se dejó llevar y siguió viéndose con él. Al principio este acercamiento le generaba dudas, pero con el tiempo, se volvió más cálida y alegre. Un año lograron verse a escondidas de Osman, quien tenía arreglado el matrimonio de Kara con el hijo mayor y heredero de Ilhan, Demir. A pesar de todos los esfuerzos de Kara, Osman los descubre y les prohíbe volver a verse. Al poco tiempo, Murat apareció muerto en el baño de su departamento, producto de una supuesta sobredosis. Kara supo entonces que su padre jamás la dejaría vivir su vida y con el corazón roto decidió escapar, tal como lo había intentado su madre años atrás. Cambiando su identidad innumerables veces, mudándose de ciudades, viviendo una vida diferente en cada lugar, logró durante 5 años escapar de las garras de su padre.
    Luego de 7 meses viviendo tranquilamente en Barcelona, donde se dedicó arduamente a perder su acento, una noticia la obligó a mudarse nuevamente. La razón fue la muerte de su padre. En las noticias de Turquía, que Kara seguía con regularidad, se mencionaba como noticia de último minuto la muerte del “empresario” Osman Yürek. Ésto la hacía la única heredera de la fortuna de Osman, ya que aparentemente Emir habría sido desheredado. Sin embargo, Kara no pensaba tocar ese sucio dinero ni para comprarse unos cigarrillos, y sospechaba que, al igual que la muerte de Murat, el “suicidio” de su padre era obra de terceros, probablemente los mismos subordinados de Osman, quienes estarían buscándola para hacerse con el dinero de alguna manera.

    Nueva vida

    Ahora, su mejor opción era cambiar de vida nuevamente, esta vez como Lexi Black, técnico en traducción de inglés/español y aspirante a policía. Su motivación para entrar en la LSPD era su querido abuelo, quien siempre la inspiró a tomar el buen camino. Kara considera que el entrenamiento entregado por su padre y el buen corazón que hubiese querido heredar de su abuelo, le permitirán desempeñarse como policía. De esta manera, cree que se encontrará protegida, ya que nunca pensarían encontrarla ahí. Así es como llega a Los Santos, con esta esperanza, y con el deseo de poder dejar así la desgracia en el pasado y de esta forma lograr redimirse y destruir el sello que su padre dejó en ella, pero lo que no sabe es que las actividades corruptas de su padre, parecerán un juego de niños al lado de Los Santos, su nuevo hogar, y que Lexi se convertirá en una desdichada más de la ciudad, lo que la enfrentará a sus demonios más pronto de lo que cree.
    Su nueva identidad, Lexi, es una mujer de 25 años segura, encantadora, carismática y elocuente. Hija de un inmigrante Turco y madre norteamericana. Traductora bilingüe de profesión, que viene a probar suerte a Los Santos una vez finalizados sus estudios. Su sueño de pequeña fue formar parte de la policía, pero su madre siempre se opuso. Unos meses antes de terminar sus estudios de traductora, su madre falleció y a pesar de la tristeza que le generaba, sintió que era el momento de seguir su sueño y postular a la policía. En sus tiempos libres boxea y recibe entrenamiento de jiu jitsu. Además, desde los 18 años acude dos veces a la semana al club de tiro.

    Aspectos psicológicos

    Kara se ve a sí misma como una mujer fría, mentirosa y manipuladora, y si bien, no está orgullosa de ello, sabe que son estas las características que la han mantenido a salvo todo este tiempo. No sólo no está orgullosa, sino que también odia no poder romper el molde en el que la formó su padre, o mejor dicho deformó. Es esto lo que le permite simular ser alguien más, formar una nueva vida cada vez, relacionarse con otros. No tiene escrúpulos a la hora de manipular a otras personas, con el objetivo de tener alguna coartada o dónde escudarse si se viese en peligro. En su mente sólo le interesa escapar de su pasado para poder sobrevivir. Piensa que si no fuese por su padre, podría haber tenido el buen corazón de su abuelo, al que estaba destinada. Si bien así es como Kara se ve a sí misma, en el fondo quisiera ser mejor persona y siente cómo cada cosa que ha hecho para sobrevivir le carcome de a poco el corazón.


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