Kristal Mora



  • Buenos días a todos y todas, para quien no me conozca que no serán pocos, mi nombre es Kristal Mora, nací en 1999 en Valencia (España).
    Cuando tenía 4 años nació mi amada hermana Emily, siempre iba detrás de mi madre para ayudarla a cuidar a mi hermanita, siempre ha sido mi ojito derecho y cuando tenía yo unos 15 y ella 11 años empecemos a tener una relación más fuerte y unida, Siempre nos contábamos todo y éramos la confidente de la otra.
    Nuestros padres siempre nos han dado todo lo que han podido, nos han guiado por el buen camino, mi padre Juan Mora es un hombre muy trabajador y honesto, siempre ha estado ahí para sus 3 chicas, mi madre Carmen García es una mujer con mucho carácter pero a la vez muy tierna.
    Mi adolescencia fue algo complicada debido a que yo sabía que quería estudiar medicina, pero no teníamos tanto dinero para pagarme la universidad, empecé a trabajar en un restaurante llamado Tacology, tenía varios compañeros, pero había una que tuve mucho filin con ella, Morgan fue la que me ayudo a adaptarme y me enseño todo de ese mundo, con tan solo 16 años comencé a trabajar allí, estudiaba a la vez que trabajaba, no tenía mucho tiempo para mí, pero todo este esfuerzo era para conseguir lo que tanto deseaba que era en estudiar en la Universidad Miller de Miami que estaba muy cerca del restaurante en el que trabajaba, en la universidad me concedieron una beca de estudios por mis buenas notas, en casi todo A+ y A. me gradué en el Miami Jackson Senior High School con Honores.
    Ese verano me dedique a trabajar en el restaurante, y me busque un piso barato cerca del trabajo para independizarme, mi hermana y mi amiga Morgan me ayudaron a hacer la mudanza, mi hermana casi vivía conmigo, ya que le encantaba mi piso y quería pasar más tiempo conmigo.
    Inicie la universidad y los fines de semana seguía trabajando en el restaurante para pagarme todos los estudios y ayudar a mi familia económicamente, tras 5 años de universidad conseguí graduarme con muy buenas notas en la universidad Miller de Miami, ese verano empecé a hacer más horas en el restaurante porque poco me faltaba para ingresar en la residencia.
    El verano fue bastante bien, ya que tenía los mismos turnos que mi mejor amiga Morgan y al salir del turno cada día salíamos a tomar algo y charlar de nuestras cosas, a veces íbamos al cine, otras veces nos íbamos a mi casa a ver una peli y se quedaba a dormir, Muchas veces me llevaba a mi hermanita para que las 3 estuviéramos juntas.
    Un día que tenía libre en el restaurante me llamaron porque había mucha gente y uno de mis compañeros se había puesto enfermo, necesitaban a alguien que lo cubriera, los jefes como sabían que yo necesitaba el dinero me llamaron a mí y decidí ir rápidamente, ese día estaba en la playa con mi hermana y aunque esta se enfadó porque ya casi no pasaba tiempo con ella, lo entendió y la lleve en el coche hasta mi piso, me duche rápidamente y me puse el uniforme y me hice una coleta alta y me fui corriendo hacia el restaurante, ya que lo tenía a unos 300 m.
    Entre en el restaurante, cogí mi libreta y me puse a hablar con uno de mis compañeros, yo estaba mirando hacia la puerta y de repente vi entrar a un chico alto, moreno y de ojos verdes que se sentó en una de las mesas del fondo, le dije a mi compañero que yo iba a atenderlo, me dirigí hacia el chico y lo mire por unos instantes perpleja, me pidió un plato de comida y una bebida y fui a por su pedido, al llevárselo se lo entregue con una gran sonrisa, y esperaba volver a verlo pronto, ya que ese chico me encantó, su mirada hacía que me sintiera en una nube, aunque mis días en ese restaurante se acababan y pensaba que no volvería a verlo nunca más, porque al día siguiente dejaría el trabajo en el restaurante.
    Un par de días más tarde me dirigí al hospital Baptist de Miami, donde haría la residencia, al llegar al hospital fui a recepción y cogí mi credencial y me dirigí al vestuario a ponerme el uniforme, un uniforme gris claro con rayas verdes en las costuras, me puse frente al espejo a retocarme el poco maquillaje que llevaba puesto, y me hice la coleta alta, me puse mi credencial y me dirigí a la sala de reuniones a esperar al director del hospital para que diera su discurso, me senté en una de las sillas del principio escuchando atentamente el discurso, cuando terminó el discurso espere a que saliera la mayoría y me dirigí hacia la puerta para salir de la misma para dirigirme a la cafetería del hospital a tomar un café mientras esperaba que me llamaran para la asignación de grupos, mientras estaba sentada en una de las mesas tomándome el café y leyendo un libro escuche una voz familiar, alce la mirada y lo vi, vi a ese chico el cual no salía de mi mente desde aquel día que le serví en el restaurante, le devolví el saludo con una sonrisa tímida y le invité a sentarse conmigo en la mesa mientras cerraba el libro, al sentarse a mi lado nos presentemos y comencemos a conversar hasta que fuimos llamados para la asignación de grupos.
    Ambos fuimos escogidos en el mismo grupo de trabajo y nos asignaron como compañeros en los mismos casos, fuimos conversando diariamente, nos dimos los números de teléfono y de vez en cuando salíamos a tomar café antes o después de los turnos. Unos días después me enteré de que se alojaba en un motel, le dije a Jake que si quería podríamos compartir piso para que no se gastará tanto dinero en el hotel, tardo varios minutos en contestarme y yo pensaba que me diría que no, pero finalmente me dijo que si, ese mismo día le ayude a recoger sus cosas en el motel y trasladarlas a mi pequeño, pero acogedor piso, allí estaba mi hermana con la boca abierta al verme llegar con Jake, mi hermana empezó a interrogarme para ver quien era, que tenía con él etc., pero yo le dije que solamente éramos compañeros y amigos, esa era la verdad en ese momento.
    Poco a poco fuimos conociéndonos en más profundidad, y empezamos a enamorarnos el uno del otro sin darnos cuenta. Una noche que fuimos a cenar al restaurante donde nos vimos por primera vez, Jake tenía el labio manchado y yo con una servilleta me acerque a limpiárselo, de repente se me cayó la servilleta y me quede embobada mirando a esos ojos verdes mientras me mantenía muy cerca de él, nos fuimos acercando lentamente el uno al otro hasta juntar nuestros labios teniendo nuestro primer beso, ese beso que jamás podré olvidar, tan dulce pero a la vez tan apasionado.
    Paso un año de relación desde que nos dimos aquel maravilloso primer beso, y nosotros seguíamos trabajando en aquel hospital juntos. Ambos cansados de la rutina decidimos cambiar de aires, miremos varios días destinos donde podríamos volver a empezar de 0 lejos de aquella rutina y entre los dos decidimos mudarnos a Los Santos, ese sería nuestro siguiente destino donde seguiríamos nuestras carreras y nuestra relación lejos de lo agobiante de Miami.


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