Ana Velasco

[Ana_Velasco]

Nombre: Ana Velasco
Edad: 26 años
Lugar de Nacimiento: Madrid
Nacionalidad: Española
Sexo: Mujer
Descripción física: Ana mide 1.68 y pesa 57 Kg, tiene
la piel clara y el pelo castaño claro
con reflejos y ojos azules.-|=|

Ana Velasco nació en Madrid, el 24 de Octubre de 1995 en el hospital ‘La Paz’ a las 03:54 Sus padres, Rebeca Marcos y Daniel Velasco tardaron en dar el paso de ser padres. Quisieron disfrutar de su amor y desarrollarse de manera profesional para lograr un hogar y futuro estables para dar el paso y formar una familia.

Daniel Velasco trabajaba como delineante profesional, bastante demandado y solicitado por inmobiliarias y arquitectos para facilitar sus proyectos. A los 21 años, hizo la mili (obligatoria en aquel entonces) y al volver, había perdido 7 kg cosa que alarmó a Rebeca que le estaba esperando ansiosa y recomendó acudir al médico. Después de análisis y pruebas, detectaron una enfermedad muy conocida, Diabetes tipo 1. Le mandaron medicación, tratamiento y revisiones. Fue muy duro para ambos pero supieron llevarlo e hicieron de ello su fortaleza.

Rebeca trabajaba en un laboratorio de una óptica bastante conocida en su ciudad y tenía un sueldo estándar. Daniel se enamoró de Rebeca y luchó por conseguirla (aunque ella no se lo puso nada fácil), estuvieron 6 años de novios y se casaron el 16 de Junio de 1990.

5 años después, Rebeca quedó embarazada. Tuvo un embarazo bastante envidiable, no sufría de dolores e incomodidades , dormía plácidamente y llevaba un estilo de vida saludable y una dieta variada y equilibrada para que su bebé creciera sano y salvo.
A los 4 meses de embarazo les notificaron que el sexo de su bebé era femenino, así que pensaron mucho en el nombre para su niña y decidieron que se llamaría Ana.
Cuando Ana llegó al mundo fue un momento de euforia y felicidad para sus padres, los cuales decoraron su cuarto y dejaron todo listo para que a ella no le faltara de nada.
Fue creciendo bastante rápido, dio sus primeros pasos, le salieron sus primeros dientes a los 6 meses (incisivos centrales inferiores) suceso que sus padres fotografiaron en innumerables ocasiones y llenaron su hogar con fotos de Ana orgullosos de su proceso de crecimiento.

Ana no fue a la guardería ya que su madre pidió una excedencia laboral para dedicarle todo el tiempo posible mientras que su padre trabajaba en la construcción.
Era una niña muy curiosa , tocaba todo lo que había a su alcance y le gustaba mucho jugar con los coches teledirigidos y la caravana de la Barbie.
En 1997, acogieron a su hermano Hugo, con el que compartiría todo lo que le brindan sus padres y al que no aceptaba demasiado porque se había acostumbrado a tener todo para ella.

Ana fue creciendo y yendo a infantil, superando las etapas de aprendizaje con éxito.
Estudió hasta los 16 años en un colegio concertado con ideas religiosas, donde tuvo sus más y sus menos y sus historias de adolescente con amores, amistades que van y vienen, a destacar una chica que se convirtió en una gran amiga suya, Alejandra.
Con ella vivió experiencias y primeras veces, incluso una tarde fueron a un colegio que estaba a 15 minutos en autobús, para que Ana conociera a un amigo suyo, Arkerito.

Ana conoció a Arkerito el 12 de marzo de 2012 e iniciaron una relación, con muchos altibajos, en la que sufrió bastante y aprendió lo que es el amor, el dolor, y el sufrimiento que conlleva enamorarse. Superaron cada obstáculo que la vida les ponía y nunca se rindieron, consiguiendo una relación sólida, estable y duradera en el tiempo.

La vida de Ana era perfecta, pero empezó a torcerse cuando su padre enfermó a pasos agigantados llevándose con ello parte de la salud de su madre. Para ella era muy duro ver cómo su padre se iba consumiendo por una neuropatía diabética diagnosticada, amputaciones de miembros inferiores, con una consecuente demencia vascular que dejó a su padre en silla de ruedas.

Rebeca, dejó de trabajar para dedicarse a su marido y cuidarle ya que era una persona totalmente dependiente y no recibía ningún tipo de ayuda por parte de la familia de él ni por parte del estado.
Ana empezó a trabajar a los 16 años, en una tienda para ganar dinero porque sus padres necesitaban ayuda para pagar la hipoteca y ella tenía necesidades que sus padres no podían solventar.
En 2017, Daniel Velasco falleció, dejando solas a Ana , Hugo y Rebeca.
Con el paso de los años, fueron superando el dolor que conllevó la muerte de su padre y tuvieron una vida más estable.
Ana empezó a desarrollarse de manera personal y descubrió su vocación por la Odontología, la tan conocida ‘llamada de los dientes’ que la impulsó a inscribirse en la Universidad Alfonso X para poder dedicarse a ello compaginándolo con su trabajo y con la ayuda de Arkerito que se encargaba de que a ella no le faltara se nada durante todo el proceso.

Durante los 5 años de su carrera, todos los veranos iba de vacaciones con Arkerito a algún lugar que tuviera playa, ya que a Ana le encanta el mar, en el verano del 2020 conocieron a Oriol, un catalan con aires andaluces que les acompaña allá donde van.
Una vez se graduó, Arkerito quiso salir de España en busca de un futuro mejor , algo que fué muy duro para Ana al tener que dejar a su madre en Madrid y estar a tantos km de distancia.

Ana se sacó el pasaporte y solicitó permiso de residencia en EE.UU, con una beca por parte del Estado para que Ana continuase su formación realizando un doble máster en bioinformática e ingeniería informática. Se dió cuenta de que no era lo que más le gustaba pero que podría serle de gran utilidad en un futuro. Ana obtuvo su título, no tuvo que devolver el dinero de la beca y actualmente vive en Los Santos con Arkerito y Hugo que llegó unos meses más tarde porque tardó en conseguir el permiso de residencia.

En la nueva ciudad, Ana tiene amigos con relaciones muy estrechas, los cuales la cuidan y protegen con su vida. A cambio, ella les brinda todo su apoyo , les cuida y vela por su seguridad para que no le falten nunca.
Ana es una chica con una personalidad tímida, pragmática y resolutiva.
Le gusta ver Netflix, y sueña con tener un Cheeta.