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Nacido el 28 de septiembre de 1997 en Lima, Perú. Siendo el segundo hijo de Jeff Scott y María Díaz. Su padre era de origen inglés y su madre era peruana. Ellos se conocieron en un viaje de turismo, cuando el Señor Jeff visitaba Machu Picchu, un lugar turístico de Perú, fue allí cuando empezó a congeniar con la guía la cual era María Diaz, poco tiempo después empezaron a salir y al pasar de los años se casarón y tuvieron una hija llamada Adriana Scott; dos años después nacería Ian, justo cuando la familia tenía unos altibajos en lo que respecta a su economía. Si bien el niño fue una llegada sorpresiva, este fue recibido con mucho amor y para alegría de su hermana, quien ya empezaba a dar sus primeros pasos, tendría un compañero de aventura. Empezó sus primeros años viviendo tranquilamente en la capital del país donde, junto a su hermana, se la pasaban jugando todos los días, desde muy temprana edad Ian mostraba un sentido de la justicia muy simpático, influenciado principalmente en las caricaturas que miraba, por otro lado, su hermana era de personalidad liberal pero siempre teniendo en cuenta a la familia como lo más importante. Esto era un claro reflejo de la enseñanza de sus padres, quienes siempre mostraban ser un gran ejemplo para los niños. El señor Scott consiguió un trabajo en la capital, siendo vendedor en una tienda de armas. Debido a que este trabajo no sería el mejor ejemplo para los niños, este les mencionaba que trabajaba de repartidor. Poco a poco y gracias a turnos extras, la familia se fue estabilizando a nivel económico. Debido a que la casa se quedaba sola y los niños requerirían atención ya que iban a empezar a estudiar en la primaria, la señora María, renuncio a su trabajo de guía turística. Empezaron los primeros años de Ian en la escuela primaria. Al inicio era molestado por sus compañeros ya que Ian era pelirrojo igual que su hermana, esto debido al origen de su padre. Siempre que los niños le ponían apodos y lo molestaban, su hermana Adriana venia en su socorro formando así un fuerte lazo entre ellos del cual sus padres estaban muy orgullosos. Su desempeño escolar no era tan especial, entraba en un rango “promedio” y aprobaba las materias sin problema. Por otro lado, su hermana era considerada la más inteligente en su salón y una que otra vez representaba a la escuela en concursos de matemáticas entre otros. Ian se sentía muy orgulloso de su hermana y, a pesar de esto, sus padres nunca lo trataron diferente y recibía el mismo cariño y atención que Adriana. Cuando Ian cumplió 13 años, estaba iniciando el segundo nivel de secundaria (Perú), un problema para su vida estudiantil surgió. La tienda en la que trabajaba su padre fue cerrada debido a las nuevas leyes empleadas en el país, otro problema surgió ya que debido a la edad del señor pocas empresas brindaban interés en contratarlo y nuevamente la familia cayó en una crisis financiera. La señora María mostro una solución a esta situación, la cual era viajar junto a Adriana a la casa de su hermana y poder vivir allí compartiendo habitación. Por otro lado, el señor Jeff al quedarse solo con Ian, podría trabajar en cosas más pequeñas y los gastos, debido a que eran 2, serían menores. Los menores mostraron su descontento al enterarse de la noticia, ya que serían separados pero la decisión ya había sido tomada. Era por el bien de la familia y pronto, cuando la situación mejorase se volverían a encontrar. El día de la despedida, toda la familia se encontraba triste. Los padres intentaron hacerse los fuertes para que los menores sufrieran lo menos posible, pero era inútil. La sensación de separarse marcaba un antes y después en su vida la cual había sido siempre estar juntos. Ian perdía a su compañera de aventuras y a su preciada madre. Mientras estos se despedían, el señor Jeff compro un gorro rojo el cual se lo entrego a Adriana; este era por mucho, varias tallas más grandes de los que usaba ella, esto causo pequeñas carcajadas entre los hermanos olvidando así, aunque sea por un momento, la despedida. El explico que cuando el gorro le quede perfecto, será el momento de reencontrarse. Los menores hicieron una promesa de volverse a encontrar y, entre lágrimas, se dedicaban el adiós mientras el autobús los llamaba para su abordaje. El tiempo paso y con esto los hermanos crecieron. Ian una vez finalizada la escuela secundaria, empezó a trabajar, siendo que en ese país se podía conseguir trabajos cuando tenías 16 años. Decidió estudiar una carrera universitaria a la edad de 18 años, para lograr esa estabilidad que sus padres le habían inculcado, de igual manera su hermana mayor ya se encontraba en la universidad ya que ella le sacaba de ventaja 2 años. La vida con su padre podría ser descrita como maravillosa, el señor le ayudaba en todo lo que necesitaba y de igual forma el menor se lo devolvía. Ambos llegaron a trabajar en una ocasión en una construcción y eran el equipo perfecto. Poco a poco y por la edad, su padre tuvo que dejar de trabajar e Ian era el sustento de la casa y asi fue hasta los 20 años. Pasado un tiempo, la señora María quería volver a casa con su esposo e hijo. Ian viajo por 8 horas hasta Trujillo, Perú donde luego de 7 años podía volver a ver a su madre. Las lágrimas cayeron por sus ojos al ver a su madre ya en un estado mayor, su postura, sus cabellos blancos eran significado de que el tiempo no pasaba en vano y pronto se irían para siempre. Ian no contaba de que Adriana había viajado a otra ciudad por la universidad y por este motivo no podía encontrarse todavía con ella. Ian junto a su padre y madre nuevamente y poco tiempo después volvería Adriana. Sus padres, poco tiempo después fallecieron debido a su edad avanzada. Esa sensación de querer volver había sido una premonición de que su marcha iba a llegar pronto. Estos se fueron tranquilos al saber que habían hecho bien en la crianza de sus hijos. Para su sorpresa, cuando los jóvenes decidieron avisar del fallecimiento de sus padres a sus familiares, estos declinaron en asistir al entierro ya que, en pocas palabras, no les importaba. Esta situación dejo en claro que a partir de ahora solo se tendrían el uno para el otro para apoyarse. Poco a poco, el dinero empezó a escasear así que decidieron tener trabajos de medio tiempo. Con ambos aportando dinero no había necesidad al momento de comer y por lo tanto empezaron a ahorrar en caso de emergencias. Pasado un año de estos acontecimientos, Adriana logro conseguir una beca para estudiar en el extranjero la cual había estado anhelando hace ya un tiempo, debido a esto procedió a conversar con Ian sobre lo que se iba a hacer de aquí en adelante ya que, si ella decidía viajar, él se quedaría completamente solo. La idea de separarse era algo que no había tenido en cuenta, Ian pensaba que estaría junto a su hermana por mucho más tiempo, pero era algo inevitable que algún día ellos debían separarse. Días pasaron y luego de convérsalo varias veces finalmente decidieron que ella tomaría esa beca; la joven salto de felicidad y aquella sonrisa que mostro fue motivo suficiente para apoyarla. Debido a que el costo del boleto de viaje era alto ella tomo gran parte del dinero que tenían ahorrados, esto le genero una incomodidad a la mayor, ya que sentía que no solo dejaba abandonado a su hermano si no que también le quitaba la posibilidad de sustentarse por un tiempo. Por parte de Ian, este menciono que podía trabajar y hace poder vivir tranquilo ya que tenía muchas ganas de participar en cosas nuevas y generar nuevas amistades. Llego el día de la despedida. Los hermanos fueron al aeropuerto, y una vez se hacia el llamado de los pasajeros, el menor comenzó a despedirse de su hermana de manera emotiva y sabía que pronto volvería, ambos hicieron la promesa de volverse a ver bien una vez terminara todo esto. Adriana quien siempre llevaba el obsequio de su padre, el gorro rojo y que ya era una pieza característica de su vestimenta, decide regalársela a Ian para que siempre tuviese algo de recuerdo, esto significaba mucho ya que, igual que hace tiempo con su padre, esta era la promesa de volverse a encontrar. Principios de 2020, Ian con 23 años de edad se encontraba trabajando de manera normal en un pequeño taller de su ciudad sin embargo es interrumpido por uno de sus compañeros quien le dice que tiene una llamada del extranjero. Cuando este tomo la llamada se da con la sorpresa de que su hermana había tenido un accidente y que se encontraba delicada de salud y que requería dinero para su tratamiento y/o posible operación. Esto tomo de sorpresa al joven que, sin pensarlo, empaco sus cosas y viajo al país donde estaba su hermana. Una vez allí, pudo reencontrarse con ella, pero no de la forma en la que él deseaba. Sabía que, si no hacía algo pronto, algo, cualquier cosa bastaba con tal de recuperarla. Sabía que la vida criminal podría brindarle ese dinero que requería, pero ¿a qué costo? Perdería aquellos valores que sus padres les habían enseñado. Aporto una cantidad para que se continuara con su estadía en el hospital, pero pronto requeriría más. Así que decide hacerse de dinero con el único fin de ayudar a su hermana, formar vínculos estables y por, sobre todo, mantener la promesa que tuvo con su hermana incluso si eso conlleva a perderse a sí mismo como persona.
Personalidad: • Carácter normalmente tranquilo. • Suele alterarse cuando los que quiere corren peligro. • Sentido muy alto de la justicia. • Sociable • Un poco orgulloso en los trabajos que hace. • Respetuoso • Juguetón siempre que tenga confianza.