Dieter Ziegler



  • Corría el año 1973. Plena crisis del petróleo. Alemania seguía dividida por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Los del este versus los del oeste.

    Mientras que en un pequeño pueblo a las afueras de Stuttgart, llamado Korntal-Münchingen, una tal Brigitte Ziegler, madre soltera, daba a luz a un bebé de una piel tan tersa y clara como la leche. En honor a su abuelo paterno, decidió nombrarlo Dieter. Curiosamente este nombre proviene de una reducción de Theodoro, que en germánico antiguo significa "lider de la gente"; simplemente nada más que una premonición de todo lo que iba a seguir en la vida de este notable hombre de letras.

    Dieter desde pequeño tuvo interés por los libros, y por supuesto, por la música. De pequeño seguía las historias complejas de Franz Kafka, la poesía de Göethe y estaba pegado a la radio de la ciudad, donde las canciones de un grupo llamado Kraftwerk resonaban en su mente como campanas de una iglesia (con 5 años ya tarareaba de memoria Das Modell, y su madre contínuamente le pedía silencio).

    Ya de adolescente sus gustos siguieron complejizándose. Pasó a las historias de Thomas Mann, siguió con un interés notable por la filosofía y la política, y comenzó a comprar en cada vuelta que debía hacer a la ciudad libros de leyes. Fiel seguidor de las doctrinas de Jellinek, y por supuesto, de Hans Kelsen, hizo del positivismo jurídico su pensamiento del diario vivir, a tal nivel que no podía concebir una decisión sin razonamiento ni fundamentación. Con sus tácticas argumentativas, pudo convencer a su madre Brigitte de que debía arrendarle una habitación en el centro de Berlín, para que pudiera seguir cultivando su mente con mayores oportunidades.

    Comenzaba así su vida universitaria. Dieter pensó en Berlin, dados los bellos acontecimiento que ocurrían en esa época. Quería participar activamente del derribo del muro, y quería dar su vida por integrar nuevamente a Alemania y devolverle su grandeza que la ha caracterizado, por su trabajo y su gente.

    Estudiante prominente de la Humboldt-Universität zu Berlin, la notable casa de estudios que ha formado más de 25 premios Nobel, rápidamente fue escalando en las organizaciones estudiantiles de su sector. Con un pequeño trabajo pudo juntar dinero para su primer vehículo, pero su único problema, al ser un estudiante que vivía solo en la ciudad: las carreras clandestinas. Claramente al venir de Stuttgart había sido criado en un ambiente donde los vehículos han dado trabajo y renombre a la ciudad, más que mal, es la casa de Porsche. Ello en su joven adultez le trajo algunos problemas con la policía, pero dicen que los alemanes son duros y Dieter no fue la excepción, logrando siempre sacarse las multas gracias a su notable labia y argumentación, que siempre terminaba por cansar a los policías.

    Así fue como poco a poco, dadas sus habilidades, ganó su credibilidad legal como leguleyo. Habiéndose titulado en 1994, Ziegler posteriormente se desempeñó como abogado general en la Comisión de Crimen Organizado de Alemania, de litigante en numerosos procesos penales contra el crimen organizado en toda Alemania. Luego de una notable oportunidad en la carrera judicial donde pasó 5 años como magistrado en Múnich, decide seguir ampliando su leyenda de renombre y opta por emigrar a los Estados Unidos en el 2004.

    Al llegar, obtuvo su acreditación para ejercer el derecho en la Universidad de Stanford para luego sacar sus títulos de Magister en Litigación, y posteriormente Doctor en Derecho en la Universidad de Harvard, saliendo de ambas instituciones con distinciones máximas.

    Luego, al terminar todos sus estudios mientras realizaba trabajos dentro de uno de los mejores bufetes de abogados de Nueva York, fue llamado a unirse al Tribunal de Distrito de Nueva York donde conoció a su colega Felipe Brown. En 2021, Ziegler, con 48 años, dados sus notables antecedentes, postula al cargo de primer presidente del Tribunal Supremo de San Andreas, resolución que está en espera de verse aprobada, pero que con mucha fe y compromiso pretende conseguir. De ser así, sería el presidente del Tribunal Supremo más joven de la historia de los Estados Unidos, lo que no sería nada mal para un hombre tan perspicaz, audaz, y claro con sus ideas. Una historia de crecimiento tan alucinante como su protagonista.

    ASPECTOS DEL PERSONAJE:
    Dieter es de raza caucásica, ojos claros y piel clara, de pelo castaño. Siempre es una persona de buen ánimo, pero muy seria con los desconocidos y recta en su actuar. Sus valores son la honestidad y la sinceridad, muy leal con sus cercanos y no dudaría en arriesgar su vida para salvar a alguien, o mover todos los medios disponibles a su alcance para poder hacer el bien a alguien que quiere. Ello no significa que sea arbitrario, dado su contexto siempre ha intentado ser justo, en el marco de las leyes. Pero como buen positivista, si las leyes son injustas, el sólo las acata, puesto que son las leyes y deben cumplirse.


Accede para responder