Biografía Jelena Kerminoff



  • Sonaba música clásica en el salón lleno de espejos, donde una pequeña niña de 8 años bailaba desgastada sin parar mas de 6 horas seguidas, ordenado por su madre claramente, para que fuese la mejor del concurso de patinaje en hielo de la temporada de invierno de Moscú 2002. Jelena no podía entender del todo porqué tenía que practicar tanto si ya era una de las mejores, o porqué practicar danza si lo que hacía era patinar, pero que según su madre eso la ayudaría a tener pasos mas certeros y elegantes a la hora de la presentación. En medio de todos esos pensamientos tropieza a causa de su distracción mental y cae, cosa que al ser notado por su madre, (que sí, la habría estado observando constantemente para cerciorarse de que no parara en ninguna instancia) hace que la levante bruscamente del brazo y le pegue una fuerte bofetada en la mejilla, para luego gritarle demencias de la mujer y parte de sus sueños frustrados, toma sus cosas y se va dejando a la niña sola entre medio de lágrimas que recién puede permitirse soltar.
    Esta frustrada, cansada, estresada y, sobre todo, agotada de esa vida. Jelena toma sus pocas pertenencias y se va del recinto no sin antes despedirse del guardia el cual podía llegar a sentir que era su único amigo, ya que a veces le llevaba chocolate caliente en las mañanas para animarla ya que sabía lo duro que trabajaba.
    Al llegar a su casa la cual no era chica ni tampoco grande, escucha a su madre llorar y quejarse con su padre, no era algo nuevo, solo que nunca había escuchado esa explosión de emociones girando en torno a ella, donde todo era su culpa, donde debido al embarazo joven de su madre tuvo que dejar su sueño de ser patinadora, Jelena ya sabía ese hecho, pero el escucharlo de la propia boca de su madre y unos pequeños “la odio” le hicieron sentirse aún peor y con una nueva decisión en su corta vida, debía de escapar de ese lugar.
    Con tranquilidad, como caracterizaba de ella, sube las escaleras despacio y ya en su habitación procede a ordenar una pequeña mochila con algunas ropas y sus pertenencias. Jelena a pesar de ser una niña de 8, era muy inteligente, obtenía muy buena educación, por lo que no se llevo ninguna clase de juguete u objeto como que cualquier otro niño se habría llevado en una emergencia o algo por el estilo. Ella solo llevo lo justo y necesario, dejando en su espejo del buró un “lo siento por arruinar tu vida” tomo sus pocos ahorros de su alcancía de cerdito que habría sido regalada por su padre y se marchó de la casa bajando las escaleras nuevamente.

    Jelena al salir de la casa podía sentir su corazón en la mano, estaba muy nerviosa, con miles de preguntas en su cabeza sobre “¿Qué haré? ¿A dónde iré? ¿debo volver? ¿me encontraran? ¿me buscaran?” todo tipo de dudas venían e iban, donde al escuchar los nuevos gritos de su madre preguntando donde se encontraba (ya que al parecer habría pasado mucho tiempo parada en la acera frente a su casa causó que leyera la nota con ella aún ahí parada) hizo que pegara un salto y saliera corriendo hacia la estación de trenes más cercana y al llegar no pensó el destino sino el tren mas pronto y tomó uno con sus ahorros a Moscú, porque si, ella había nacido en San Petersburgo, en un pueblo al norte de este donde todos y todas se conocían, donde al ver a la pequeña la reconocían de inmediato como la campeona del pueblo en patinaje, por lo que le era una señal de alerta en realidad, ya que sabrían por dónde iría así que sabía que no podía detenerse en Moscú y debía volver a viajar sin parar…solo que había un problema, y es que la pequeña cerdita Daisy no le habría sido suficiente para poder escapar, en el viaje en tren se dedicó a pensar que hacer, como podría llegar mas lejos sin que la atraparan en su desato, porque sí, era un desato, un enojo mal llevado, claro que no merecía ser tratada así por su madre y vivir sus constantes golpes, pero el haberse ido, a futuro, fue la peor decisión.

    Ya llegando casi a Moscú, ella deja su lugar en el asiento y comienza a caminar entre los demás asientos, con la cabeza en alto brindando seguridad, porque ya sabía cómo resolverlo, debía de robar dinero de las chaquetas de los señores y joyas de las señoras, y sabía, porque lo había visto en películas antes, que debía demostrar confianza y fingir ser una niña buena. Así que, con su pelo largo, ahora atado con dos trenzas atrás de las orejas para mostrar mejor su sonrisa, iba botando cosas por “accidente” y recogiéndolas, para cuando al hablar distraerlos y tener una oportunidad de robarlas y poder encontrar dinero allí o algo de valor. Como también aprovechó a gente dormida del cansancio del viaje, para robarles tranquilamente de sus chaquetas. Gracias a su astucia, cuando despertaban por sentir a alguien cerca, ella simplemente comenzaba a alzar su mano frente los ojos de la gente y decirles que pronto llegarían a su destino, donde la gente inocentemente le agradecía. Esos fueron sus primeros pasos a la delincuencia, pasos que la llevan a la perdición.
    Jelena al llegar se baja y quiere vender esas joyas robadas, por lo que camina por la ciudad en la que anteriormente había visitado un par de veces para competencias, y llega a un local, donde venden objetos de todo tipo, allí vende las joyas y se va tranquilamente, pensando en que aparte de un boleto podría

    comprarse algo de comer, quizá algo dulce que le pueda gustar incluso, Ya que su madre nunca le permitía comer cosas dulces o con carbohidratos por su figura, y mientras pensaba en esas pequeñeces y como ahora podría hacer lo que quisiese, unos hombres la toman de sus trenzas y le preguntan bruscamente de donde había conseguido tales joyas, la niña al tener ese carácter duro producto su crianza, les contesta zafándose de sus manos y faltándoles el respeto, lo cual fue un grave error.
    Los hombres toman a la niña sin cuidado y en medio de la plaza se la llevan, sin miedo a que alguien los haya visto u escuchado la transportan (no sin antes dejarla inconsciente de un golpe) en un auto lejos de la ciudad hasta una casa algo destartalada, sucia y vieja.
    La bajan y la meten a la casa, donde un hombre rodeado de mujeres la mira y manda a que la despierten, para cuando Jelena despierta, mira horrorizada el lugar, perdida y con miedo, podría tener carácter duro, pero seguía siendo una niña, y estar rodeada de personas mirándola en el suelo le asustaba e intimidaba hasta el más mínimo fragmento de su ser. Toman sus cosas y las registran dándolas vueltas en el suelo, donde pueden ver sus papeles, su certificado y documentación (ya que al ser patinadora nacional debía de tener estos para participar y viajar), las leen en voz alta y se ríen por cada frase que dicen “Jelena Misovich” y ríen “10 de diciembre de 1996” y se ríen nuevamente, ella no entendía porque se sentía humillada con solo escuchar su nombre provenir de su boca, por lo que en un nuevo arranque de ira, se levanta y le arrebata al hombre las cosas de su mano, acción que hizo que todos los hombres presentes saquen armas y le apunten. El hombre solo se rió, como siempre, se pone de pie despacio y de un golpe la tira contra la pared y hace que le mire tirándole el pelo, donde con sus finos y blancos dientes le dice “ahora no tienes nombre, serás quien quieran que seas” y la vuelve a golpear para noquearla.

    Jelena, más bien ahora, la niña, tuvo que vivir en esa casa de prostitución por 9 largos años, donde aguantó los mas denigrantes tratos de hombres mayores hacia ella, y donde solo podía confiar en las que se encargaban de prepararla para los nuevos clientes, ya que a veces la solían drogar de más para hacerla evitar sentir. Muchas veces trató de revelarse y terminó con huesos rotos por el jefe, por lo que pasó de una niña dura a alguien netamente sumisa, tal cual como su madre la hacía sentir, pero peor, el recuerdo de su madre la hacía llorar y había noches que lloraba culpándola por hacerla escapar, y otras noches en que se culpaba a si misma por no ser suficiente y aguantar el trato, porque todo era mejor que ese lugar.

    A los 17 años, mientras era inyectada con otra dosis para clientela nueva que llegó, fue capaz de escuchar un gran alboroto en la habitación principal producto de una riña entre lo que sería el “jefe” y otro hombre mayor, la Joven curiosa por el ruido que comenzaban a ser gritos amenazantes, donde todos se apuntaban, logra ver en todo eso un chico de lo que parecía su edad, cosa que le generó duda “¿así se ven los jóvenes hoy?” “¿cómo me veré yo?” distracción que nuevamente acabó por un movimiento de uno de los hombres del jefe hacia el muchacho detrás del hombre mayor, por lo que la chica alterada se abalanza para poder salvarlo del disparo. Disparo que generó un fuego interminable hasta que los hombres del señor mayor se levantaron cerciorándose de que nadie quedara vivo, comienzan a registrar las habitaciones matando a cada cliente restante y en pocas palabras, liberan a todas las jóvenes y niñas del lugar.

    El joven luego de quedar levemente aturdido por la “tacleada” que le habría dado la joven y la lluvia de disparos que habrían ido de aquí para allá, se levanta ayudando a la chica que habría recibido un disparo en la espalda en la zona del hombro debido a que lo cubrió, él junto los hombres de su padre la llevarían a una clínica clandestina, donde le harían un registro a orden del jefe de la organización, el cual rellenaría datos encontrados de ella y otras chicas; tales como su fecha de nacimiento, su peso y estatura (que en ese momento serían 1,67 con 42kg) , color de ojos y cabello azul claro con rubio ceniza, para finalmente buscar registro de sus padres pero no encontrarían nada y Jelena comentaba ya no recordar siquiera sus caras.
    Luego de mejorar mediante la estadía en ese lugar, Jader Kerminoff, jefe de Le Bratva padre de Alex, joven que salvaría anteriormente, la adoptaría por dicha valentía y riesgo, la entrenaría como un soldado más en su organización para después ser mano derecha de Alex cuando tomara el cargo de jefe. Por el momento Jelena trataría de iniciar una vida tranquila en Los Santos, buscando quizá amigos o simplemente diversión que necesita a sus 25 años por haber perdido toda su adolescencia en esa casa de prostitución.


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