Victoria Bennett



  • Victoria Bennett, nacida el 2 de Junio de 1993 en el hospital de Los Santos, fruto del matrimonio Bennett formado por Mark y Jodie.

    Una niña, que según las expectativas hubiera tenido que nacer en el 1990, pero desde ese entonces, su madre ya presentaba problemas de fertilidad para quedarse embarazada.

    El Septiembre de 1992, Jodie recibió la noticia a manos de su ginecólogo, se había quedado embarazada. El matrimonio estuvo meses y meses agradeciéndole a saber quien, el embarazo de su hija, lo que no sabían, es que sería la única hija que tendrían en lo que les quedaba de vida.

    A Victoria nunca le faltó nada, era la niña más querida del mundo por todo lo que había costado recibirla, era la niña perfecta, la niña que todos querían ser, ya fuera por su nivel económico, todo el cariño que recibía o por los millones de conocidos que tenía.

    Sus padres siempre tuvieron un alto nivel adquisitivo, su familia en general. Mark era cabo en la policía de Los Santos, pertenecía al cuerpo de investigación y la mayoría del tiempo permanecía fuera casa trabajando. Sin embargo, Jodie era psicóloga, lo bueno de su trabajo, es que era una consulta privada, por lo tanto solo necesitaba ir a su oficina cuando algún cliente lo requería. Con 5 años, Victoria nunca se quedaba sola, pues la mayoría de las veces, su madre estaba disponible para ella, y sino lo estaba, se quedaba a disposición de sus abuelos.

    Su abuelo era un ex militar del ejército de Estados Unidos, muy nacionalista y muy amante de su patria, Estados Unidos. Fue un hombre con altos cargos dentro del ejército, llegando a ser Capitán. De ahí salió la afición del padre de Victoria hacia la rutina policiaca. Cuando Victoria se quedaba en la casa de sus abuelos, siempre se dormía con las historias de su abuelo, esas historias que llevaban horas y horas para contarlas, historias de guerras inventadas, de los esfuerzos máximos que tenía que realizar su abuelo para ascender de rango, de los super aviones que pudo ver desde cerca, de todas esas armas de fuego tan impresionantes para Victoria, etc… Su abuelo notaba que Victoria ya sería una niña destinada para el gobierno Estadounidense, que estaría en el servicio cuando Victoria tuviera la oportunidad y que sobretodo, que sería una mujer muy inteligente, con las expectativas muy altas y con el sueño de llegar bien alto. No vamos a mentir, tanto su abuelo como su padre, querían inculcarle desde bien pequeña el sueño de todo Estadounidense, servir para el gobierno desde bien jóvenes y que fuera una chica fiel a la patria, al país.

    Gracias a sus primeros estudios (escuela infantil) aprendió a escribir, aunque quizá fuera una lectura ilegible para el público, ella lo entendía perfectamente, y efectivamente, tenía mil diarios con las historias que le contaba su abuelo, incluso con representaciones y dibujos de las mismas. Cuando su abuelo no estaba, se las leía para ella misma en voz alta o le pedía a su padre que las contara, literalmente, eran su nana para conseguir dormirse.

    Literalmente, las historias de su abuelo resumieron la mayoría de la infancia de Victoria. Hasta que Victoria no pasó a secundaria, seguía usando las historias de su abuelo para las exposiciones orales o presentaciones que le mandaban como tareas en el instituto.

    En cuanto a ambiente escolar, Victoria nunca careció nada. Su instituto era privado, eso significaba que había muchos niños los cuales también venían de familias con alto poder adquisitivo y de familias importantes a nivel nacional. Victoria nunca tuvo problemas para relacionarse con nadie, era una niña muy abierta a nivel social, le encantaba hacer amigos y como no, contarles las historias de su abuelo en el ejército.

    Le gustaba jugar con sus amigos, ya fuera a las pistolas de juguete, muñecas, playmobils, etc… No tenía preferencia por ningún juguete, solo le interesaba jugar y jugar, desde luego que era una niña que no perdía el tiempo para nada.

    Era una niña que sacaba unas calificaciones normales, no era nada exagerado pero se mantenía en la buena línea. Nunca aspiró a obtener una matrícula de honor, tan solo le interesaba ir pasando de curso para poder lograr sus sueños, o al menos, para obtener una de sus metas. La asignatura que más adoraba, era historia, sobretodo cuando trataba de la Segunda Guerra Mundial o de cualquier suceso que abarcara el S.XX.

    La que más odiaba, matemáticas. La odiaba con toda su alma, incluso decía que le daba asco, que era algo imposible para ella y que no había sido creada para que ella, era algo surrealista. Casi siempre suspendía matemáticas, se agobiaba muchísimo con esta asignatura, era incapaz de sacarla adelante y era incapaz de estar a un nivel medianamente alto, no podía.

    No era una niña problemática, pero a veces discutía con algún niño porque era muy presumida. Siempre le ha gustado presumir del dinero que tiene su familia y de todas las propiedades que tiene, también del trabajo de sus padres, de sus antepasados, etc… Siempre aspira a lo alto, no se queda corta en nada propio y aunque haya algo que no tenga, también lo presume. Los que querían burlarse de ella, siempre le molestaban con el refrán de “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”

    Victoria cumplió sus 10 años en el 2003. Era la niña más feliz del mundo, pues hacía una década que estaba en el mundo y a ella le daba ilusión que fuera un número 10 y no otro cualquiera, lo consideraba un número especial. Desde bien pequeñita, siempre quería un hermanito, sin importar el género que tuviera. Quería jugar con alguien cuando estaba en casa, se aburría si no estaba con su abuelo, y por lógica, no siempre podía estar con él.

    El mismo día de su cumpleaños, a las 17:00, su madre entró por la puerta de su habitación con su padre, le dieron la mejor noticia de toda la vida de Victoria, Jodie, su madre, estaba embarazada. Victoria siempre lo recuerda como el mejor momento y día de su vida, empezó a dar saltos, a bailar de alegría y sobretodo a llorar de emoción, abrazó a sus padres como si no hubiera un mañana, fue algo inolvidable.

    Victoria iba día tras día, a escuchar si su futuro hermano daba patadas o si daba señales de vida, era un bucle constante, día sí y día también. Su madre iba casi cada semana al ginecólogo para revisar el estado de su hijo, tenían muchas esperanzas y a la vez muy pocas, recordemos que la madre de Victoria tenía problemas de fertilidad, y traer otro hijo al mundo le podía costar muy caro. De momento todo iba bien, el ginecólogo decía que el niño saldría sano y tendría una buena vida, sin problemas de salud.

    Todo se remonta en el séptimo mes del embarazo de Jodie, abortó. El embarazo culminó. El bebé dejó de recibir el alimento por un fallo del cordón umbilical, de esta manera murió por desnutrición.

    No hay duda de que fue un gran trauma para Victoria, con 10 años, ella aún no entendía del todo como se podían dar esos casos, estaba muy ilusionada, pensaba que sería una hermana mayor responsable, que podría enseñarle a su hermanito pequeño y que sería una gran influencia para él, pero todo fue mal. A Victoria no le gusta decirlo, pero tuvo que ir aproximadamente unos dos o tres años al psicólogo, es el trauma de su vida y a día de hoy, aún tiene flashbacks de eso, no le gusta nada recordarlo y es una depresión instantánea cuando lo recuerda.

    Su rumbo escolar bajó con el trauma, faltó muchos días a clase por eso, aunque sus amigos nunca supieron lo que realmente pasó, no le gustaba contar sus problemas, siempre quería ser la niña perfecta, esa niña que no tiene problemas y que tiene una vida de película infantil. Nunca nadie se enteró, solo su psicóloga y la tutora de Victoria. Si la gente lo hubiera sabido, Victoria hubiera pensado que recibiría bullying por eso, así que decidió callarse y seguir disimulando que era la niña perfecta.

    Así que para evitar que sus amigos supieran la verdad, volvió a subir su rendimiento escolar. Cuando sacaba malas notas, mentía para esconder la verdad.

    Con 15 años, Victoria entró en la preparatoria para la universidad. Empezó a experimentar algo más con sus amigos, los cuales seguían siendo los de toda la vida. Empezó a beber alcohol en fiestas, no en exceso, pero nunca negó que no le gustara beber. También probó algunas drogas, como el tabaco o la marihuana, tampoco lo hacía muy a menudo, pero le gustaba fumarse algún porro con sus amigos, siempre compartido, nunca llegó a fumarse uno sola. Siempre recuerda su adolescencia como algo divertido, de hecho, destaca que fue una de las mejores épocas de su vida, y a la vez, la peor.

    En cuanto a amor, Victoria era una chica muy reservada, no vamos a mentirnos, prefería un chico que fuera de marca cara y que fuera guapo, pero tampoco el típico musculado que va las 24 horas al gimnasio. No tenía ningún gusto especial, digamos que era algo común, pero no todos le gustaban. Tuvo varios líos con chicos, líos de una noche, pero nada más serio. Con esa edad no estaba preparada para mantener una relación, y tampoco tenía ganas teniendo el instituto de por medio.

    Victoria empezaba a separarse de su abuelo, muchas veces estaba sola en casa, pues su madre ya podía llevar un turno completo porque la niña ya tenía una edad y era responsable, su padre también trabajaba con turno completo al ser un rango alto, así que ella se preparaba la comida, iba a clase y era independiente en general.

    Los pocos días que iba a ver a sus abuelos, era porque le daba pereza cocinar y prefería ir a comer ahí, la comida de su abuela era irresistible. Había días en los que su abuelo no estaba, ella preguntaba el por qué y su abuela tan solo se limitaba a responder:

    — Oh, cariño, el abuelo está haciendo papeleo del ejército, para jubilarse.

    Victoria se lo seguía creyendo, la mayoría de los días recibía esa respuesta pero ella no sospechaba, pues pensaba que jubilarse del ejército llevaba mucho tiempo después de tantos años de servicio.

    Una noche tan tranquila, en la que los padres de Victoria también estaban en casa, recibieron una llamada a las 2:00 de la madrugada, el padre contestó:

    — Buenas noches, le llamamos del hospital general de Los Santos. ¿Hablo con Mark Bennett?

    + Así es, buenas noches ¿cuál es el inconveniente? No entiendo la llamada.*

    — Su padre, Nathan Bennett, está ingresado en estado crítico, hace poco entró en la sala de cuidados paliativos, se requiere su asistencia, es probable que en las próximas horas su padre fallezca. Hace apenas 6 meses se le diagnosticó un cáncer de pulmón, se ha creado una masa, una metástasis por casi todos los órganos del tronco. Su padre se ha negado a recibir tanto quimioterapia como radioterapia.

    El padre de Jodie colgó sin decir nada, se quedó completamente helado.

    Victoria tardó milisegundos en preguntarle a su padre que qué pasaba, no paraba de tocarle los hombros, incluso se asustó, pensaba que su padre estaba teniendo un infarto o algo, no había respuesta por parte de él.

    Mark tardó segundos en bajar al garaje con su hija y la mujer, fueron directamente al hospital, Victoria seguía sin saber nada.

    Nada más llegar, todos ingresaron en la habitación del abuelo. Victoria rompió a llorar nada más verlo, no se podía creer nada de lo que estaba pasando. La familia tardó poco en darse cuenta que el abuelo Nathan llevaba 6 meses enfermo, pero lo ocultó para no preocupar a nadie. Victoria no se separó de su camilla, estuvo horas y horas abrazada y cogiéndole de la mano, no se podía creer nada de lo que estaba pasando y sabía que nunca superaría que su abuelo se marchara sin decir nada y tan repentinamente. El abuelo Nathan no dijo muchas palabras, tan solo le repitió mil veces que esperaba que fuera la mejor policía de la ciudad y que sirviera muy bien a su país.

    Nathan, apenas tardó 2 horas en irse a otro lugar mejor ese mismo día, sin apenas poder despedirse en condiciones.

    Sin duda, el peor día para Victoria, lo recuerda como un infierno. No le gusta nada hablar de ese tema, pero le encanta hablar de su abuelo diariamente, lo recuerda como un superhéroe y una influencia a seguir, era increíble para ella. Destaca que a día de hoy, Victoria aún no supera la pérdida de su abuelo, y suele ir frecuentemente al psicólogo para hablar con su doctora de confianza, que es la misma que tiene desde que su madre abortó.

    Después de la pérdida de su abuelo, prometió que sería como él e incluso mejor para mantenerle satisfecho allá donde estuviera, así que decidió guiar sus estudios de una vez por todas hacia la policía de Los Santos, el ejército era demasiado para ella y sabía que no estaba preparada para eso.

    Con 18 años, acabó la preparatoria y entró en la universidad, evidentemente, Victoria no cambió sus ideas y decidió iniciar una carrera en la que se prepararía por el resto de su vida para intentar ingresar en el cuerpo policial de Los Santos. Se matriculó en criminología y empezó otra época en su vida. Sentó cabeza en sus estudios y así es como logró dos años de la carrera universitaria gratis, ya que sacó matrícula de honor en dos ocasiones. Es una carrera que le fascinó desde el principio hasta el final, le encantaba ir al laboratorio para hacer las prácticas, desde investigar la sangre de las víctimas, hasta identificar las huellas de diferentes objetos que se habían cogido en situaciones con un final trágico.

    Durante su paso por la universidad, conoció muchas amistades nuevas, con las cuales salía cada fin de semana de fiesta. Recordemos que Victoria es una chica que va dirigida hacia el bien, por lo tanto no era la típica que montaba jaleo en las fiestas, en ningún momento requirió ayuda de sus padres para irse de alguna fiesta o para volver a casa, aunque… Admitamos que vomitó más de una vez por el alcohol, pero bueno.


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