Jacob Nixon



  • NOMBRE COMPLETO: Jacob Nixon.

    EDAD: Tiene 21 años. Nació el 24 de agosto de 1999.

    LUGAR DE NACIMIENTO: Nació en Detroit, Michigan.

    NACIONALIDAD: Estadounidense.

    SEXO: Hombre

    PADRES: Jacob Nixon, el hijo menor de Jacob y Olvia Nixon vive durante su infancia en uno de los más
    peligrosos barrios de Estados Unidos. El ambiente durante su infancia es el que se espera en
    un barrio cómo en el que vivía: apartamento para una persona en el que viven 4, padres
    drogadictos y sin dinero, y alimentándose a duras penas a base de la caridad de los comedores
    sociales y de los restos de comida que iban encontrando por ahí. Él y su hermano, Michael,
    forjaron una fuerte relación durante todo su crecimiento y adolescencia, pues ambos se
    refugiaban juntos de los malos tratos de su padre y se las arreglaban para subsistir. Tras una
    visita de los servicios sociales a la vivienda de los Nixon, Jacob y Michael son escolarizados por
    primera vez en el Central High School.
    Al principio Jacob no encajaba de todo bien en el instituto. Era callado y llevaba unas
    vestimentas pobres (debido a su situación económica) que le situaban aún más en el punto de
    mira de resto de alumnos. Poco a poco y durante el trascurso de su primer año fue conociendo
    a gente de su clase, y tras el paso del tiempo ya sería uno más en el instituto. A su hermano,
    sin embargo, no le fue tan bien. A diario Jacob tenía que ver como acosaban al solitario de
    Michael. A pesar de tener una buena relación con la mayoría de sus compañeros, Jacob
    establece un especial vínculo con Lester White, integrante de una conocida banda escolar. Era
    bien sabido entre todos los alumnos que Lester y el resto de la banda movían materia entre el
    resto de estudiantes. La relación de Jacob con Lester fue cada vez a más, hasta llegar al punto
    de incluir a Jacob como miembro de la banda, habiéndose hecho un tatuaje representativo en
    el lateral del cuello como rito de iniciación.
    Pasado el tiempo esta banda que comenzó en el instituto se expandió, y comenzó a moverse
    por el exterior, pasando droga a más personas entre las calles de Detroit. A los 19 años, ya
    terminados sus estudios, Jacob es elegido por los cabecillas de la banda para actuar como
    intermediario en uno de los más importantes intercambios del grupo. Se trataba de una
    cantidad importante de droga. La noche de la entrega Jacob se situaba en el punto acordado,
    con una gran bolsa a sus espaldas, llena de bloques de cocaína. A la hora acordada aparece
    una furgoneta negra por la parte trasera del callejón. En los callejones y acercas aledañas al
    callejón estaban distribuidos el resto de integrantes de la banda, preparados para respaldar a
    Jacob en caso de que fuera necesario. Con las luces encendidas y el motor en marcha, se baja
    el conductor de la furgoneta. Llevaba un gorro de lana negro y una chaqueta también negra
    que le cubría prácticamente todo el cuerpo. Presentaba una complexión bastante grande y
    amenazadora, aunque eso no frenó a Jacob. Se acercaron mutuamente, casi sin intermediar
    palabras. Jacob medio sacó uno de los bloques de la bolsa para enseñárselos al comprador.
    Tras visualizarlos, el comprador pronunció la palabra. “Trato hecho”. Medio segundo después
    de estas dos secas palabras, el callejón se llenó de deslumbrantes luces rojas y azules y en la
    manzana no se oían más que estruendosas sirenas acercándose a la escena. Tras ver el
    despliegue del SWAT, el resto de la banda huyó en diferentes direcciones, dejando vendido a
    Jacob.
    Horas después, ya en la comisaría, dos inspectores de la unidad de narcóticos entran a la sala
    de interrogatorios. Dentro estaría sentado Jacob, con un vaso de agua intacto sobre la mesa.
    —Soy el inspector Johnson, ella es la inspectora López, narcóticos. —dijo el Inspector al entrar
    a la sala.
    —¿No eres un poco joven para estar moviendo todo eso, chaval? —dice Johnson mientras se
    sienta en la silla.
    —Sí que lo es— dijo la Inspectora López mientras se apoya en la pared.
    Jacob habría permanecido callado durante gran parte del interrogatorio. Tenía bastante claro
    que no quería delatar al resto de sus compañeros, a pesar de que sentía cierto resentimiento
    hacia ellos por haberle dejado vendido. Los inspectores persistieron intentando que Jacob
    hablará, aunque no lo lograron, hasta que López comienza su intervención:
    —Jacob Nixon, hijo de Jacob y Olvia Nixon… Menuda familia la tuya, eh. No me extraña que
    hayas acabado así. —dice López mirando a su compañero—
    —Yo no soy como ellos…—pronunció Jacob con rabia. —
    —Ya sé que no lo eres. Tu eres más listo que ellos. Ellos eran un par de drogadictos sin rumbo.
    Tú, sin embargo, sacas tajada de lo mismo que destruyó a tus padres, me sorprendes. —dijo
    López mientras apoya ambas manos sobre la mesa.
    —Y como sé que eres más listo que tus padres, te voy a dar una alternativa. Ahora mismo
    podría meterte a la prisión federal una larga temporada por tráfico de drogas. Puedo llamar a
    una patrulla para que te traslade, o puedes convertirte en confidente de narcóticos. Te
    daremos un teléfono pinchado y te soltaremos. Podrás inventarte cualquier cosa frente a los
    tuyos. Nos darás la información que te pidamos, y te ayudaremos todo lo posible. Ten en
    cuenta que si nos la lías, estás acabado… —
    No se lo pensó dos veces. Sus supuestos “amigos” le habían dado la espalda, y creyó que ese
    sería el mejor modo de devolvérselo. Le costó bastante pensar una excusa para contarle a los
    de la banda, aunque finalmente comentó que un policía corrupto le dejó escapar a cambio de
    entregar un 85% de la coca. Él falsificaría un informe de ingreso a prisión para que pareciera
    que nada había salido fuera de lo ordinario…
    Han pasado dos años desde que Jacob se “infiltra” como confidente en la banda. La unidad de
    narcóticos ya tenía todo lo que necesitaba para arrestar y llevar a juicio a todos los integrantes
    de la banda, así que preparan el macro-operativo. Todo un equipo SWAT listo para irrumpir en
    “la sede” y un cúmulo de patrullas encargadas del perimetraje y traslado de presos se
    disponían en marcha hacia el punto de acción. Atrás del todo, un Ford Crown Victoria negro de
    encubierto trasportaba a Jacob junto con los dos inspectores y la Fiscal General Silver. Un
    helicóptero enciende la luz sobrevolando el barrio, dando así luz verde al resto de irrumpir en
    el barrio. De pronto todos encienden sus luces y sirenas y comienzan su función. Patrullas
    perimetrando, otros agentes de policía arrestando a los miembros de la banda en la calle, y el
    SWAT entrando en todas las casas conocidas de los pandilleros. Junto al equipo SWAT se
    encontraba la Fiscal General, tomando nota y dejando constancia de lo encontrado y
    requisado en cada casa, junto a Jacob, que iría dándole a los SWATS los “escondrijos” donde
    guardaban sus cosas.
    A la mañana siguiente se llevó a cabo el juicio.
    —El estado de Michigan contra Lester White, […] —dijo la Fiscal General del Estado
    enunciando los nombres de cada uno de los integrantes de la banda.
    Jacob fue llamado finalmente por la fiscalía a testificar. No tuvo reparo en explicar todo de
    principio a fin. Cómo surgió la banda, dónde se inició, cómo se expandieron e incluso cómo se
    suministraban.
    Días más tarde, ya con toda la banda ingresada, Jacob es citado en comisaría. A pesar de haber
    arrestado a la mayoría de los integrantes de la banda, los agentes de narcóticos creen
    oportuno meter a Jacob en el programa de protección de testigos debido a su implicación en la
    banda. Los inspectores avisan al FBI, que poco después trasladan a Jacob hasta las oficinas de
    protección de testigos en Albuquerque. Los federales toman la decisión de trasladar a Jacob a
    Los Santos. Estaría lo suficientemente lejos como para poder preservar su identidad sin sufrir
    ningún tipo de riesgo, aunque los agentes decidieron que, por su bien, se borrará en un centro
    el tatuaje de la banda que llevaba en el cuello, pues podría ser reconocido por ello.
    A la semana siguiente Jacob ya había aterrizado en Los Santos. Aunque le hayan permitido
    mantener su identidad, decidió realizar un cambio drástico de look, para evitar cualquier
    posible riesgo de ser reconocido. Iría con el pelo corto negro, y a pesar de querer cambiar su
    look, sigue preservando el atuendo de chándal, aunque en otros colores diferentes a los
    usados en su antigua banda.

    APARIENCIA FÍSICA: Jacob es de tez blanca con el pelo lacio. Los ojos azul grisáceos.

    PERSONALIDAD: Debido a los problemas de joven y los problemas con las bandas no confía mucho en la gente, le cuesta mucho conseguir amigos.

    EDUCACIÓN: No acabada.


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