Korey Fox



  • Datos Básicos

    Nombre y apellido: Korey Fox.
    Edad: 26 años.
    Lugar de nacimiento: Armagh (Irlanda).
    Sexo: Hombre.
    Estado civil: Soltero.
    Apariencia física: Es un tipo de 1'85 metros, que ronda entre los 80 kilos. Su tez es blanca como la leche, de pelo rubio y ojos azules. Suele llevar el pelo medio-largo, peinado de cualquier manera.
    Estudios: Estudios Secundarios, Grado Superior Electromecánica.

    Personalidad de Korey

    Serio, irascible, cargado de humor negro y un poco tocapelotas, al menos con sus amigos. Es como si tuviera dos caras: mientras que con sus amigos es el tipo más enrollado del mundo, con el resto del mundo es sumamente reservado y prudente.

    Historia Del Personaje

    Korey Fox fue el primer hijo de Ronan Fox y Fiona Crowley, un matrimonio joven y humilde de la localidad de Armagh, en Irlanda. Cuando tenía tres añitos nació su hermano pequeño, Jason. Disfrutaron de una infancia tranquila, normal, casi feliz.

    Ronan había sido militar durante gran parte de su vida y terminó entrando en el cuerpo de policía local de Armagh. Y sus hijos iban a seguir sus pasos.

    A la edad de ocho fueron a la ciudad a hacer unas compras y pasar el día, se encontraban en el aparcamiento de un centro comercial, toda la familia. Su madre, que venía al vehículo con la compra, fue atropellada y murió en el acto. Todos vieron cómo el joven irresponsable que conducía de forma temeraria por un aparcamiento se llevaba a su madre por delante.

    Su padre no supo controlarse. Sacó al joven del coche de un tirón y comenzó a golpearle, dejando su rostro prácticamente irreconocible. Mientras el chico apalizado balbuceaba, Ronan Fox sacó su arma reglamentaria y ejecutó al chaval de un disparo en la cabeza. El chico era menor de edad, cosa que su padre no sabía (y tampoco le habría importado), y a consecuencia de ello a día de hoy sigue en la cárcel.

    Los hermanos Fox pasaron el resto de su infancia y su adolescencia en hogares de acogida, a veces juntos y otras veces separados. Al cumplir la mayoría de edad, Korey se había convertido en un joven temperamental y solía meterse en peleas, pero no cuenta con antecedentes. Realizó el servicio militar de dos años, tal como su padre esperaba que los dos hermanos hicieran. Fue una etapa dura, pero le ayudó a superar esa fase rebelde y a convertirse en alguien disciplinado.

    La policía de Armagh siempre trató a Korey con cierta lástima por lo ocurrido a su familia. El joven siempre había querido formar parte del cuerpo policial, pero era el hijo del poli que mató a un crío, aun así habría tenido facilidades para entrar, y por eso mismo no lo hizo. No quería ser un enchufado, y en Armagh se conocía todo el mundo.

    Korey desarrolló una afición temprana por las motos custom, motivo por el que terminó sus estudios secundarios y luego estudió Electromecánica. Gracias a su amistad con Armagh Boys MC, un pequeño club de moteros local totalmente legal, consiguió un buen trabajo en un taller del club, y así trascurrieron unos años algo moviditos, pero alegres.

    Hace un par de años llegó un MC grande 1%, en plena expansión. Se instalaron en la localidad y no tardaron en contactar con los locales de Armagh. El resultado fue una absorción, cosa que gustó a unos pocos y a otros no tanto. Korey se encontraba en ese segundo grupo.

    El joven Fox se arrancó los parches y, tras varios percances con los recién llegados, avisó a su hermano Jason de que se iba. En Armagh ya no le quedaba nada y había puesto los ojos en Los Santos, una ciudad de verdad, lejos de aquel agujero donde podría empezar de cero. Le ofreció a su hermano pequeño migrar con él, y dijo que lo pensaría.

    Así que eso hizo: llegó a Los Santos con 23 años, una mano delante y otra detrás, pero no tardó en encontrar ofertas de trabajo. Pudo hacerse con un pequeño apartamento, incluso una moto y un buen coche tras validar sus licencias de conducir y convertirse en ciudadano americano de pleno derecho. Lo que no esperaba era tanta criminalidad, cosa que avivó más su vocación de la infancia: convertirse en policía. En Los Santos nadie conoce su historia, es solo un ciudadano más, motivo por el que actualmente se encuentra estudiando para las próximas convocatorias del Departamento de Policía.


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