Biografia



  • Nombre del personaje: Román Palermo
    Edad ic: 25 años
    Edad ooc: 25 años
    Sexo: Masculino
    Profesión: Policía

    Nombre del discord: JuanmaShort#6042
    URL de perfil del steam: https://steamcommunity.com/id/juanmashort/
    Experiencia o conocimiento de rol: 3 meses de rol en un servidor colombiano llamado Usmekistan RP

    Historia breve del personaje:

    Román Palermo es un joven argentino a la que la vida desde joven lo golpeó, ya que su familia era pobre, y vivía en una zona muy complicada, rodeada de delincuentes. Su padre policía era de los buenos, pero eso le costó la vida. Por lo que Román se tuvo que hacer cargo de su familia en cuanto lo económico, ya que el sueldo de su madre sola no alcanzaba para los gastos. Román se hace policía con el fin de honrar a su padre, quien le enseñó todo. Crece, se muda a la capital y conoce al amor de su vida Lucia, con la que pasaron varios años juntos, hasta que es asesinada por la mafia. Román tuvo que huir sin nada en los bolsillos, y luego de estar un año yendo de ciudad en ciudad, encuentra esta ciudad, y piensa que es la indicada para resurgir y tratar de cambiarla.

    Tiene una personalidad alegre, divertida, pero en cuanto hay que trabajar se vuelve una persona completamente diferente: Seria, incorruptible, y con ganas de avanzar y limpiar las calles.
    Sus objetivos son tratar de ascender en el cuerpo policial, erradicar las mafias y la corrupción en el poder y contagiar a las demás ciudades con dicho objetivo. Con esto honraría a su padre, a su mujer y a su hijo. Ya no hay nada que lo lastime, y no tiene más nada que perder, por lo que es un hombre decidido.

    Historia completa del personaje:

    Román Palermo es un joven argentino, nacido en la villa 1 11 14, uno de los lugares más peligrosos de Buenos Aires. Inculcado por su padre, desde pequeño mostró pasión por ayudar a la gente de su barrio, ya que su padre era uno de los oficiales de policía más respetados de la Capital. Nunca se corrompía ni se dejaba intimidar por los altos mandos cuando estos querían la "porción de la torta". En cuanto a su madre, era una mujer que trabajaba por hora limpiando casas en la villa. Siempre estuvieron para Roman y para su hermano mayor Nino.

    Pese a que los padres de Román trabajan todo el tiempo, vivía en una familia carenciada, por lo que muchas veces ellos no comían para que sus hijos se puedan alimentar bien. Esto de chico Román no se daba cuenta, pero a medida que fue creciendo comenzaba a fijarse en los sacrificios que hacían sus viejos por él y su hermano, por eso tuvo en claro que siempre sería igual si tuviera hijos, y que honraría esos sacrificios siendo una persona respetable con la comunidad.
    Todo ese amor familiar se esfumó de repente una noche fría de Julio en la villa del conurbano bonaerense: Su padre había muerto. ¿Cómo pasó eso? Si el padre era un gran oficial de policía y un buen hombre. Pasó lo que pasaba con cualquier persona que justamente es así en el cuerpo de oficiales: Si no estás en el barro, o te meten o te bajan; y a Don Palermo le hicieron lo segundo... La causa fue rápidamente caratulada como SUICIDIO. Román tenía 15 años.
    A partir de ese hecho, la vida de Román no fue la misma: No se creyó nada la historia del suicidio. Dejó de ver a la policía como personas iguales a su padre, y empezó a odiar a los delincuentes que tiran los hilos de la justicia.
    Se convenció a sí mismo de seguir estudiando y convertirse en un oficial de policía, tal cual era su padre. Pero esta vez, no iba a repetirse la historia, ya que Román va a estar con ojos en la espalda todo el tiempo para estar alerta a los movimientos de sus compañeros. Se dijo a sí mismo que al sistema corrupto se lo tiene que cambiar desde adentro.
    Pero con 15 años todavía le faltaba un gran camino, y sin un padre, alguien tenía que ayudar económicamente a su familia, y como era el mayor de los hijos, le tocaba hacer el sacrificio. Por suerte señor Palermo lo respetaba la gente humilde y trabajadora de la villa, por lo que a Román no le costó nada conseguir un trabajo en la fábrica de un amigo de su padre. No fue fácil estudiar y trabajar a la vez, por lo que todas las noches llegaba cansado, pero siempre se revitalizaba pensando en cambiar el sistema corrupto y honrar a su padre como se debe.

    Así fueron pasando los años, y Román pudo graduarse en la escuela de policías: Era el primer paso en una larga meta. Su madre y su hermano estaban orgullosos el día de su graduación, pero Román tenía una mirada seria, pensando en todo lo que se iba a venir, y que era mejor por la seguridad de ellos dos irse de la casa, ya que si iba a enfrentarse a los poderosos, no tenían que saber el paradero de sus seres queridos, las únicas personas que amaba...Por ahora.

    Román se mudó a la capital a un departamento chico, pero que para él sólo le iba a bastar. Estuvo trabajando varios meses, pero sin resultados en cuanto a ascensos laborales. Al terminar sus jornadas laborales, iba a un bar del centro donde el dueño ya lo conocía por haberle salvado el bar de unos ebrios en sus primeros días como policía. El señor se llamaba Jorge y era un hombre bastante mayor, pero con buen aspecto físico. A Román le recordaba a su padre, siempre pensaba que si estuviera vivo, sería igual que él en la personalidad. No fue una casualidad que se volvieran tan amigos.
    Fue en una de sus noches de descanso en el bar que Román conoció a una hermosa chica que se sentó a su lado en la barra a tomar un trago. Charla va, charla viene, se pasaron sus números de celular y empezaron a salir en citas. Con el tiempo se pusieron de novios, se enamoraron y empezaron a convivir. Se llamaba Lucía.

    Lucía trabajaba de fotógrafa y era una buena persona, que pensaba igual que Román con el tema de la corrupción. Es más, Le empezó a interesar la fotografía cuando conoció un caso famoso de Argentina: El de José Luis Cabezas, un fotógrafo que fue asesinado al publicar la foto de un empresario al que nunca se le había conocido la cara. Entonces Lucía era de ese tipo de fotógrafas: Las que se involucraban con temas de política y denunciaban hechos de ilícitos y de corrupción.
    Más allá de eso, Lu (como le decía cariñosamente Román) era una chica amorosa, tranquila y divertida. De esas que sacan lo mejor en la pareja, y con Román no fue la excepción, ya que le volvió a sacar el lado gracioso y divertido, ya no era completamente serio, sino que volvía a ser ese chico que le gustaba hacer reír, ese chico alegre que fue alguna vez, antes del incidente de su padre.

    Así fueron pasando los años, y Román un poco fue dejando de lado su objetivo de ascender rápidamente, pero eso sí: siempre con la mentalidad de acero contra la corrupción, aunque ya varios de alto rango lo tenían calado y no les gustó para nada que un idiota ande metiendo las narices en sus negocios.
    Un viernes, al salir del trabajo, se dirigía al bar de Jorge para hablar con su amigo y tomarse un rico fernet, pero se encontró con todo oscuro. Como le pareció raro que un bar esté así un viernes a la noche, y más el de Jorge, sacó rápidamente su arma y entró con toda al lugar. Se encontró con las luces prendidas, sus conocidos del bar, sus compañeros oficiales, su amigo Jorge y su mujer. Todos con una sonrisa grande festejándole el cumpleaños. El ambiente era festivo, con pancartas, guirnaldas y alcohol por todas partes. Román se había olvidado de su propio cumpleaños, no lo podía creer. Estaba feliz y se le notaba en la cara, agradeció a todos por venir, pero Lucía lo interrumpió para tener otro motivo para celebrar: Estaba embarazada de un varón. A Román se le llenaron los ojos de lágrimas, y le pidió ponerle el mismo nombre que su padre. Lucía aceptó gustosamente.
    Estaban todos felices, tomando, bailando y cantando. Realmente Román se sintió en la mejor de las épocas, porque de chico fue feliz, es verdad, pero ahora era también lo era, y sin las carencias económicas del pasado.
    Todo era felicidad esa noche, hasta que la música se cortó de repente, las luces se apagaron y entró un grupo de civiles armados a querer matar a Román. Él rápidamente se dio cuenta y empezaron los disparos.
    La multitud corriendo, queriendo escapar. En el medio de la balacera quedó Lucía, a la que una bala le tocó en el medio de la cabeza. Murió instantáneamente. Román pudo escapar, pero no pudo despedir el cuerpo de Lucía, ni el de varios conocidos que también tuvieron el mismo trágico final. Por esa noche se quedó en la casa de su amigo Jorge, quien también pudo escapar.

    Al otro día Román se convirtió en un prófugo, pero no de la justicia, ya que no lo buscaba nadie realmente, sino que se convirtió en un prófugo de la injusticia, de la mafia de esa ciudad, por lo que no tuvo más remedio que despedirse de su amigo Jorge, dándole un abrazo fraternal que lo dijo todo: "Fuiste un padre para mí desde que llegué".

    Luego de un año dando vueltas por aquí y por allá, Román llegó a esta ciudad, cargando ese gran peso encima, y volviendo con esa meta que se le había olvidado por completo. El conocer a Lucia lo ayudó a no ser serio todo el tiempo,a poder vivir de la manera que ella vivía y ver el mundo de la manera en que ella lo veía. La muerte de ella fue el detonante para hacer las cosas bien, pero sin olvidarse de Lucía y su hijo no nacido.
    El objetivo está claro: Luchar contra los corruptos, hacer amistades fieles a dicho objetivo, volverse poderosos, echar a las mafias, limpiar la ciudad, y que se contagie en las demás ciudades del mundo. Esta vez ya no hay lugar para errores, y Román está más jugado que nunca, por lo que no le importa morir en el intento.


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