Biografía Lorraine Dubois



  • Lorraine Dubois

    (21 de Junio de 2000) - (Montpellier, Francia)

    Lorraine logró capturar entre su boca una gran bocanada de aire la cual fue directamente a sus pulmones y dio así, paso a su “literalmente” continuación de vida. ¿Por qué?, pues, la muchacha había nacido sin respiración alguna. ¿Sus signos vitales?, eran totalmente nulos. La reanimación no había funcionado en absoluto y por ahora lo único que quedaba era “Pedir a Dios”; ¿Quién diría que esto último si funcionaría?
    El padre (Adrien Dubois Lombrand) con tan solo 25 años de edad mientras mantenía en sus brazos a su mellizo, acariciaba el rostro de su pálida niña de ojos azules mientras sollozaba. Porque claro, ¿Qué sería la vida sin la muerte?, aquella última era necesaria y más que necesaria, era algo que por ley de “Vida”, debía ocurrir. Lamentablemente no todas las muertes son esperadas. ¿Un claro ejemplo?, la madre de Lorraine, Annete Leblanc Gutiérrez; Una mujer de 23 años de edad, libre de enfermedad alguna y además cabe destacar, que ésta no mantuvo complicación alguna ante el embarazo de aquellas criaturas que actualmente solo miraban a su padre derramar lágrimas sin saber la razón y más aún, por su falta de conocimiento ante aquel mundo, sus seres vivos, en especial las personas y sus emociones, no tenían idea alguna de qué era realmente lo que sucedía en aquella ahora, silenciosa habitación.
    Pasaron los años y aquella muchachita que anteriormente no tenía una pizca de aire entre sus pulmones, ahora mantenía éstos inhalando y exhalando aquel. La chica corría hasta la habitación de su hermano (mayor por solo segundos). ¿Su razón?, bastante justa la verdad, ¿Qué ser humano no correría a pedir ayuda a otro al ver a un familiar colgado?, aún en plena niñez, Lorraine con tan solo 10 años de edad, había perdido a su hasta entonces padre debido a una “Terrible depresión”, o bueno, ello había dicho la psiquiátra de éste. ¿A qué se debía ésta?, Nadie lo tenía claro ya que el sujeto no había dejado siquiera una carta de despedida o aclaración y sus últimos minutos de vida los había pasado sentado en su oficina según él, trabajando.
    Ahí estaba la muchacha con 10 años y medio, cuestionando reiteradas veces a su tía, el porqué del suicidio de su padre. Claro está que un niño con tan corta edad no comprendería ciertas cosas tales como la muerte y más aún un suicidio. Pero para los mellizos, ello estaba más que claro. La muchacha solo buscaba sentirse reconfortada ante las palabras de su mayor tales como, “Ahora está con mamá disfrutando de la plenitud”. Lamentablemente al principio ambos chicos no comprendían del todo las palabras de su tía, ¿Su razón?, ésta tía era una amiga íntima de la familia por parte de su madre y la mujer solo hablaba español. Fue así como ambos chicos llevados a Valencia, España; Comenzaron su travesía con el español.
    Ya con el español como idioma “principal” y además con su mayoría de edad (18 años), junto a sus estudios ya totalmente completados; Lorraine, bajo la presión de su ahora juventud y que además jamás en su corta vida había pensado sobre qué estudiar saliendo de la escuela, decidió viajar en un año libre a su país natal Francia, para así pensar sobre su futuro. Y así fue, ¿Su destino?, su antiguo hogar. Entró a aquel ahora descuidado y empolvado sitio observando como absolutamente todo lo que recordaba de éste, seguía exactamente igual. Con temor abrió las puertas que daban hacia la oficina de su padre, aquel lugar tan terrible para ella y el cual habría sido en su mayoría, una de las razones por las cuales cuando pequeña, no lograba pegar un ojo para conciliar el sueño. Se adentró a la habitación y se sentó en el escritorio de éste frente a su computadora. Sus lágrimas no tardaron en comenzar a caer por sus mejillas, llevó sus brazos hacia el escritorio y escondió su rostro entre éstos. Se reincorporó cuando ya no lograba caer lágrima alguna debido a que éstas se habían agotado; Y para su sorpresa, al haberse apoyado sobre aquel escritorio, empujó el teclado de la computadora, dejando a simple vista alguna una pequeña nota.

    -“Me has dicho que pase lo que pase, debo elegir a nuestros hijos por sobre mí e incluso por sobre ti. Pero me arrepiento de haberle salvado a ella antes que a ti. Me siento culpable por el hecho de haberla escogido a ella, de haber dejado que te fueras así…Pero también me siento culpable al ser un mal padre y preferir que nuestra hija, esté muerta y no tú. ¿Merezco realmente vivir con toda esta culpa?...No lo creo, pronto nos reuniremos cariño.”

    Aquellas palabras escritas sobre la nota, habían quedado grabadas en la mente de Lorraine, ¿Y cómo no?, cada vez que los ojos de su padre se posaban sobre ella, ¿Aquel sólo sentía odio?,¿Quizás desprecio?.
    Desde ese entonces, la muchacha de ahora 20 años, había cambiado; Ya no era ella, se había perdido. Aquella joven agradable, alegre y confiada, había perdido ello. ¿Cómo podía confiar realmente en los demás si su mismo padre, le había fallado?

    Decidió entonces, con casi 21 años, estudiar medicina, pero esto no le llenaba, así que sus estudios duraron poco más de cinco meses. Fue ahí cuando decidió viajar hacia Los Santos en busca de un nuevo rumbo y quizás nuevas personas. Aunque esto último no era de gran importancia.



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