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LIAN CAPMBELL CAP. I – INTRODUCCIÓN
09/01/1996, Iowa.
Lian Campbell nace el 09 de enero del 96, en Iowa. Es hijo único, proveniente de una familia de clase alta podríamos decir. Durante su infancia y sus primeras interacciones sociales se vio rodeado de gente de clase similar, como era de esperar. Casi siempre era cuidado por su madre y su abuela, ambas desocupadas y mantenidas por el padre, empresario destacado en Iowa. Eran pocas las veces que ni la madre ni la abuela podían ocuparse de él, situaciones en las que dejaban a Lian en una de las guarderías más prestigiadas de la zona. En su niñez acudió a uno de los colegios de más alta estima de todo el estado, rodeado de la élite. Acostumbrado a una vida resuelta, Lian tenía la vida resuelta. No quería acudir al instituto tras terminar en el colegio, pues pensaba que era una pérdida de tiempo. Sin embargo, su abuela, que era más tradicional, vio venir la que se les avecinaba, y se adelantó a los acontecimientos. Convenció a la madre para matricularle en un colegio público. Poco a poco le fueron privando de todas las ventajas que cualquier hijo de una familia de clase alta podía tener.
A principio le costó adaptarse a toda la nueva normalidad. Compañeros de clase media, circunstancias reales de la sociedad real; algo a lo que para nada estaba acostumbrado. En contra de todo pronóstico hizo amigos rápidamente. Poco a poco fue viendo la situación real de las personas que le rodeaban. Vio de todo: gente de clase media sin sus privilegios, gente con poca higiene, gente pasando droga… En resumen, la calle. Ya terminando el instituto tenía claro donde quería estar y donde no. En su antigua vida (la de rico) no estaba rodeado más que de gente pudiente y de interesados; gente que sabía de su posición económica y solo se le acercaban por ello. Sin embargo, ya terminando el instituto, había logrado tener lo que se llama vida plena: tenía buenos amigos (y reales, cabe destacar), por primera vez tenía preocupaciones sobre sus estudios, y hasta llegó a desarrollar algo que nunca había experimentado antes: empatía. El dinero nunca sería un problema, al menos durante su adolescencia, aunque su familia le racionó el dinero, aprendiendo así a valorar las cosas y a administrar su propio dinero.
Finalizó el instituto y decidió realizar un doble grado de ADE y marketing. Quería emprender el camino de su padre y montar su propia empresa, aunque incluyendo un factor clave que su padre no tuvo en cuenta: la empatía. Lian conocía la situación real de sus conciudadanos. Conocía sus preocupaciones, preferencias, necesidades. Sabría perfectamente cómo llegar a la gente con su producto. Con 25 años termina su carrera y decide emprender una nueva aventura. Tenía pensado hablar con algunos amigos de la carrera para emprender un proyecto, aunque no salió muy bien… Tras sopesar la frustración de un proyecto que no llegó a prosperar, Lian decide mudarse y empezar de cero. Cogió una maleta con un poco de ropa, su iPad (que le había acompañado durante toda la carrera) y se dirigió al aeropuerto. Una vez allí miró los paneles de vuelos, y compró un billete para el próximo vuelo, con destino Los Santos. Antes de embarcar le dejó un mensaje a su madre, avisándola de su viaje próximo. No sabía que haría al llegar, no sabía qué le depararía el futuro, pero tenía claro que si quería hacer algo de provecho debía alejarse de Iowa, de su familia, porque sabía que no le dejarían prosperar por sí solo… Y allí estaba, un joven de 25 años, 1,72 de altura con una maleta cargada de emociones y de incertidumbre a punto de empezar su nueva vida…